Origen de los fundadores
La idea de crear un vehículo todoterreno surgió tras la Segunda Guerra Mundial, cuando se buscaba un coche versátil y resistente. Maurice Wilks, junto a su hermano Spencer, concibieron este proyecto inspirados por la necesidad de un vehículo capaz de afrontar cualquier tipo de terreno. La empresa Rover se encargó de llevar esta visión a la realidad, desarrollando un coche robusto que pudiera servir tanto para el trabajo en el campo como para uso personal. La innovación y creatividad de estos pioneros fomentaron el desarrollo de un vehículo que, con el tiempo, se convirtió en un ícono de la ingeniería británica.

¿Cómo se desarrollaron los motores?

El desarrollo de los motores fue fundamental para garantizar el rendimiento y la durabilidad. Se centraron en crear motores potentes, capaces de mantener la eficiencia en diferentes tipos de terreno. La ingeniería detrás de la maquinaria aseguró que el vehículo fuera confiable y resistente.
Durante este proceso, se priorizó la creación de un motor que pudiera soportar condiciones extremas sin comprometer el rendimiento. La producción de motores se enfocó en combinar eficiencia y potencia, permitiendo así una experiencia de conducción única y segura, independientemente de las condiciones a las que se enfrentara el vehículo.

