El mecanismo dentro de cada vehículo es complejo y completamente diferente, por lo que es probable que puedan ocurrir averías dentro de cada pieza, debido a que la temperatura de los gases de escape de un motor Diésel mantienen una temperatura de 650°, mientras que un motor a gasolina generalmente se posiciona bajo los 850°, sumado al movimiento de la turbina, y producción de gases, podemos denotar un esfuerzo considerable dentro de cada una de estas piezas, que dan como resultado fallas comunes que pueden ocurrir a corto como a largo plazo. El mantenimiento de cada pieza en el vehículo es de vital importancia para su correcto funcionamiento al momento de conducir, aunque esto no quiere decir que no pueda presentar fallas a largo plazo, puesto a que, como todo mecanismo constituido de diferentes piezas, puede presentar fallos por desgastes o un funcionamiento indebido. Debido a esto, aprender a reparar el turbocompresor de tu vehículo dará como resultado un funcionamiento ideal, además de aumentar su vida útil a largo plazo. En este caso, primero debes saber que el turbocompresor se trata de un complejo sistema de sobrealimentación, el cual se compone de turbinas cuya función es absorber energía para así crear una mezcla de combustión en los cilindros que dan paso al funcionamiento del motor; sabiendo esto, te ofreceremos un conjunto de información de gran importancia sobre como reparar el turbo de un coche.
Reparar el turbo de tu coche paso a paso
Para que tu coche pueda funcionar correctamente deberás conocer cómo funcionan cada uno de sus componentes, al igual que saber identificar los fallos que estos pueden presentar, y por supuesto a cómo solucionarlas. Una de los fallos más frecuentes viene a ser el zumbido característico que ocurre tras el desgaste o corrosión por alguno de los filtros, aunque no solo se limita a esto, ya que otras averías como la expulsión considerable de humo, la perdida de aceite y el rendimiento reducido del motor se hallan entre los más comunes, por lo que para conocer su solución primeramente deberás contar con las herramientas necesarias y el conocimiento adecuado para no dañar alguno de los componentes.
Localiza el turbo y desmóntalo
Aunque los vehículos presenten diferentes motorizaciones ya sean Diésel o a gasolina, lo cierto es que el mecanismo del turbocompresor mantiene la misma estructura, por lo que en caso de presentar alguno de los fallos más comunes anteriormente mencionados, lo primero que debes hacer es localizar el turbo y posteriormente desmontarlo, esto con el fin de tener mayor visibilidad de los componentes y revisar si alguno no tenga corrosión por los gases o partículas que pasan por dicho conducto. Esto es vital para el funcionamiento del vehículo, ya que si este presenta fallas el motor se forzará más de lo debido, por lo que esto puede acarrear problemas en el rendimiento del mismo o bien un arranque considerablemente menor en comparación a un turbocompresor en buen estado. Generalmente estos daños en los turbos se dan dentro de los cartuchos, debido a que la turbina equipada en su interior gira a una velocidad y a temperaturas considerablemente altas, por lo que si chocan con alguna otra partícula y no se han engrasado con anterioridad su vida útil se verá reducida drásticamente.
Quita la válvula
Primeramente, deberás conocer qué es la válvula de descarga del turbo, esta es la encargada de liberar la presión del aire generada en el tubo cuando no se necesita. Por su parte existen dos válvulas, las cuales se diferencian en que la primera se encarga de soplar el aire hacia el exterior, mientras que la segunda utiliza una fuerza centrífuga dentro del sistema de admisión. Esta va equipada entre el turbo y la mariposa, y su funcionamiento incorpora un pistón que se conecta directamente con el colector de admisión en conjunto con el manguito, por lo que cuando es presionado el acelerador la presión ejercida es igual en ambos sentidos, por lo que gracias a la mariposa el aire circula dentro de todo el conducto. Teniendo en cuenta cómo funciona, para evitar posibles fallos a largo plazo lo recomendable es quitar la válvula y limpiar cada uno de los conductos como también la mariposa, garantizando de esta manera un mejor funcionamiento a la hora de acelerar.
Saca las carcasas y limpia
Luego de haber limpiado correctamente la válvula, la carcasa del turbocompresor es una pieza fundamental dentro de este conjunto, ya que es la encargada de aumentar la velocidad de los gases haciéndolos llegar con mayor fuerza hacia los alrededores. Esta destaca por tener el mismo aspecto que la turbina, aunque sus condiciones de utilización mantienen un uso considerablemente menor en cuanto a su temperatura, pero la presión ejercida es exactamente igual, por lo que limpiarlas correctamente le proporcionará un mayor desempeño y flujo de gases hacia los alrededores, permitiéndole al motor funcionar correctamente sin que este llegue a calentarse más de lo que puede soportar.
Si lo deseas puedes sustituirlo por otro nuevo o de segunda mano
Como se mencionó con anterioridad, el sistema de turbocompresor funciona a través de un conjunto mecánico de varias piezas, por lo que es muy frecuente que un mal funcionamiento al igual que un mantenimiento no muy bien realizado, puede ocasionar averías en cada uno de estos componentes. Debido a esto, como también a problemas externos como la gravedad de su afección y el servicio a realizar para su posterior reparación, se pueden sustituir varias de estas piezas por algunas de segunda mano que funcionen a la perfección, o recomendablemente piezas nuevas para que así garantizamos la completa utilidad de ellas.
Precio de reparar y arreglar el turbo de un coche
El precio de reparar el turbocompresor de un vehículo depende primeramente de las fallas que este pueda presentar, como lo son el consumo de gasolina, el desgaste o corrosión de algunas piezas, el zumbido al acelerar, entre otros. Dependiendo de la complejidad y gravedad de lo que presentes el precio fluctuará, dando como resultado a que primero debas realizar una revisión minuciosa de cada uno de los componentes, donde el especialista encargado determinará cuales serían los pasos a seguir para brindarle una pronta solución a tu problemática, y garantizar así un desenvolvimiento óptimo para tu motor y demás componentes mecánicos.
Todos los coches de alquiler a medio y largo plazo de Total Renting tienen incluidos en sus cuotas mensuales todos los gastos de reparaciones, mantenimientos, seguro a todo riesgo, asistencia en carretera, cambio de neumáticos y muchos otros servicios más. Con Total Renting podrás despreocuparte de los costosos gastos que tiene arreglar un turbo. ¡Pídenos más información!