Conducir en modo ECO parece una opción ideal para maximizar el ahorro: consumo de menos combustible, menos emisiones, todo parece ir mejor. Sin embargo, como apasionado del motor, sé que no todo es tan sencillo. Este ajuste, pensado para maximizar la eficiencia, puede generar una experiencia de conducción más suave, pero al mismo tiempo, puede comprometer el rendimiento del motor a largo plazo. Reducir la potencia y las revoluciones durante largos periodos puede afectar negativamente a ciertos componentes del coche, como el sistema de escape o incluso el turbo. Lo que ahorras en gasolina, podrías terminar pagándolo en mantenimiento.

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¿Cómo funciona el modo ECO?

El modo ECO es una función presente en muchos vehículos modernos, diseñada para optimizar el consumo de combustible mediante la regulación de varios parámetros del motor. En su esencia, el modo ECO ajusta la respuesta del acelerador, los cambios de marcha y otros sistemas del vehículo para promover una conducción más eficiente en términos de consumo de combustible. En los automóviles con transmisiones automáticas, por ejemplo, el modo ECO puede hacer que los cambios de marcha ocurran a revoluciones más bajas, mientras que en los vehículos manuales, puede sugerir el momento óptimo para cambiar de marcha. Además, en algunos casos, puede reducir la potencia del aire acondicionado y limitar el uso de sistemas eléctricos para reducir aún más el consumo de energía.

El principio detrás del modo ECO es simple: limitar la potencia que se entrega al motor para evitar un consumo excesivo. Esto se logra principalmente mediante la reducción de la presión del turbo, la limitación de la cantidad de combustible inyectado en los cilindros y la reducción de la sensibilidad del acelerador. En otras palabras, aunque pises el acelerador a fondo, el coche responderá de manera más moderada en comparación con otros modos, como el modo Sport, que busca maximizar el rendimiento del motor.

Estas son las averías que pueden surgir de abusar del modo ECO

Como ocurre con muchas funciones que prometen ahorros a largo plazo, el modo ECO no está exento de problemas. De hecho, su abuso puede acarrear averías importantes para tu coche.

El uso prolongado del modo ECO, pese a que es una conducción más eficiente, puede causar un desgaste prematuro en ciertos componentes del motor. Al mantener el motor a bajas revoluciones durante largos periodos, se ejerce una tensión sobre los pistones y los cilindros que no es común en condiciones de conducción más dinámicas. La constante reducción de las revoluciones evita que el motor alcance temperaturas óptimas de funcionamiento en determinadas situaciones, lo que puede generar problemas de lubricación y, en consecuencia, provocar un desgaste acelerado de las piezas móviles internas.

Problemas más comunes

  • Desgaste del motor: Uno de los mayores problemas que puede surgir al utilizar de manera prolongada el modo ECO es el desgaste prematuro del motor. El motivo es simple: al circular constantemente a bajas revoluciones, ciertos componentes del motor no trabajan de manera óptima. Los pistones, por ejemplo, pueden no estar funcionando en su rango ideal de revoluciones, lo que acaba generando un desgaste excesivo. A largo plazo, esta situación puede llevar a averías costosas que, irónicamente, acabarían con todo el ahorro que pretendías obtener al utilizar el modo ECO.

    Por otro lado, la presión del turbo también se ve afectada. El modo ECO reduce la presión para ahorrar combustible, pero esto también implica que el turbo no trabaja en las condiciones para las que fue diseñado. Con el tiempo, la falta de uso correcto de este componente puede resultar en su fallo prematuro.

  • Quema del combustible no óptima: Otra consecuencia de llevar el coche en modo ECO es la combustión ineficiente del carburante. Al trabajar a bajas revoluciones, el combustible no se quema de manera adecuada, lo que provoca la acumulación de residuos en el sistema de escape. Estos residuos, conocidos como carbonilla, pueden afectar negativamente tanto al catalizador como al filtro de partículas.

    Un motor que no está quemando el combustible correctamente no solo es menos eficiente en términos de rendimiento, sino que también está más expuesto a generar problemas más graves con el paso del tiempo. Este es un aspecto importante a tener en cuenta si estás considerando llevar el coche en modo ECO de manera constante.

    Un ejemplo común de este problema se ve en los motores diésel, que necesitan funcionar a revoluciones más altas para quemar correctamente los residuos. Si circulas siempre en modo ECO y a bajas revoluciones, esos residuos se acumulan, lo que puede derivar en averías importantes, como la obstrucción del filtro de partículas o problemas con la válvula EGR. Estas averías no solo afectan el rendimiento del coche, sino que también tienen un alto costo de reparación.

  • Averías en la válvula EGR: La válvula EGR (Recirculación de Gases de Escape) es otro de los componentes que puede verse afectado por el uso prolongado del modo ECO. Esta válvula se encarga de redirigir parte de los gases de escape de vuelta al motor para ser quemados nuevamente, lo que reduce las emisiones contaminantes. Sin embargo, cuando el coche funciona a bajas revoluciones de manera constante, los residuos se acumulan en la EGR, lo que puede causar su obstrucción. Una válvula EGR obstruida puede causar una serie de problemas, incluyendo una reducción en la potencia del motor, un aumento en el consumo de combustible, y lo que es peor, la necesidad de reemplazarla. La reparación o sustitución de la EGR puede ser una operación costosa, por lo que conviene evitar su deterioro prolongado.
  • Incremento de la acumulación de residuos:Al circular de manera continua en modo ECO, no solo afectamos al motor y la EGR, sino que también contribuimos a la acumulación de residuos en otros componentes del sistema de escape, como el filtro de partículas. Este filtro necesita alcanzar altas temperaturas para poder quemar los residuos que se acumulan en su interior. Sin embargo, cuando llevamos el coche en modo ECO, no se generan las condiciones necesarias para que este proceso se lleve a cabo, lo que puede llevar a su obstrucción.

    Cuando el filtro de partículas se obstruye, es necesario realizar una limpieza que, dependiendo del vehículo, puede ser bastante costosa. En algunos casos, incluso, es necesario reemplazar el filtro por completo, una operación que puede llegar a costar entre 500 y 2.000 euros.

Este es el correcto funcionamiento del modo ECO

A pesar de los problemas que puede ocasionar su uso prolongado, el modo ECO es una herramienta valiosa cuando se utiliza de manera adecuada. Es ideal para trayectos cortos y a velocidades moderadas, como en ciudad, donde no se requiere una respuesta rápida del motor.

Una buena regla general es utilizar el modo ECO cuando estás en situaciones de baja demanda de potencia. Por ejemplo, si conduces en un entorno urbano, con frecuentes paradas y arranques, o en trayectos donde no necesitas acelerar rápidamente, este modo puede ser una excelente opción. También puede ser útil si estás recorriendo distancias cortas y no planeas exigir mucho al motor.

Sin embargo, no debe ser el único modo de conducción utilizado, especialmente en trayectos largos o en situaciones que requieren una mayor respuesta del motor, como adelantamientos o subidas empinadas.

En autopista, el coche necesita trabajar a un régimen de revoluciones más alto, especialmente si se va a realizar maniobras de adelantamiento. En estos casos, el uso del modo ECO puede ser contraproducente, ya que limita la respuesta del acelerador y puede dificultar la ejecución de dichas maniobras. Además, conducir a velocidades de autopista con el modo ECO activado puede incrementar la acumulación de residuos en el motor y en el sistema de escape, lo que a largo plazo puede derivar en costosas reparaciones.

Por tanto, la mejor forma de utilizar el modo ECO es de manera moderada. Puedes activarlo en ciudad o en trayectos cortos, pero es importante desactivarlo en cuanto el coche necesite un mayor rendimiento, como en autovías o en carreteras con pendientes pronunciadas. Recuerda que el coche está diseñado para trabajar en un rango de revoluciones adecuado, y si lo mantienes siempre en modo ECO, estarás sacrificando parte de su rendimiento y salud mecánica.