Cada vez que giras el volante, el coche debería responder con una suavidad silenciosa. Pero cuando un ruido interrumpe ese proceso, la sensación cambia. Un ligero crujido o un zumbido que aparece al moverte a baja velocidad te hace consciente de que algo no está bien. Es una señal de que la mecánica no está funcionando de manera óptima, rompiendo esa continuidad en la que todo fluye con naturalidad. Lo notas en cada movimiento, cada giro, afectando esa sensación de precisión a la que estás acostumbrado.

Principales causas que provocan ruido en el volante


El ruido al girar el volante es uno de los primeros indicios de que algo no está funcionando correctamente en el sistema de dirección o suspensión de un vehículo. Las causas más comunes suelen estar relacionadas con problemas mecánicos que afectan componentes claves como las rótulas, la columna de dirección o el líquido de dirección asistida. A menudo, estos ruidos se presentan a baja velocidad, cuando el sistema está sometido a una carga mayor debido a la necesidad de realizar giros más cerrados.

Uno de los problemas más frecuentes es el desgaste de los casquillos o silentblocks, unas piezas que amortiguan el movimiento entre los diferentes componentes de la suspensión. Estos casquillos, generalmente de goma, se deterioran con el tiempo debido a las vibraciones y al esfuerzo mecánico. Cuando están gastados, es posible escuchar un chirrido o un gruñido al girar el volante. Este ruido, en particular, genera una sensación de incomodidad, como si algo en el vehículo estuviera perdiendo su integridad estructural. La fricción, casi palpable, se traduce en un sonido que, además de ser molesto, anticipa problemas mayores si no se soluciona a tiempo.

Otra posible causa es una bomba de dirección asistida desgastada o con falta de lubricación. Esta bomba genera la presión necesaria para que el volante se mueva suavemente, y cuando el líquido es insuficiente o el sistema está deteriorado, se produce un sonido característico, similar a un gruñido metálico. La sensación que provoca este ruido es inquietante, un aviso claro de que la dirección no está funcionando como debería, generando incertidumbre y el riesgo de una avería más severa.

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Al girar a la izquierda

Al girar el volante hacia la izquierda, el sistema de suspensión y dirección se somete a una serie de esfuerzos muy específicos. Si durante este movimiento se escucha un golpe o un chasquido, lo más probable es que exista un desgaste en las rótulas o en las barras de dirección. Estos componentes son esenciales para la estabilidad del vehículo y, cuando se deterioran, pueden generar un ruido metálico que se siente incluso en las manos del conductor a través del volante. Ese sonido seco y puntual, acompañado de una vibración tenue, crea una sensación de falta de control que es, sin duda, desconcertante.

Además de las rótulas, otro componente que puede generar ruido al girar a la izquierda es la cremallera de dirección. Si está mal ajustada o dañada, el volante puede emitir un chirrido agudo, similar a un roce entre metales. Este sonido, más frecuente en giros a baja velocidad, da la impresión de que algo se está desajustando de forma gradual, como si el coche estuviera luchando contra su propio mecanismo. No es solo el ruido lo que genera alerta, sino también la sensación de resistencia en el volante, lo que provoca una conducción menos fluida y más forzada.


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Al girar a la derecha

El giro hacia la derecha puede generar otros tipos de ruidos, siendo los chasquidos y crujidos los más habituales. Estos sonidos suelen estar relacionados con problemas en las bujías o en las juntas homocinéticas. Las bujías, encargadas de permitir el giro de las ruedas, son puntos críticos que soportan gran parte del peso y del movimiento del coche. Cuando estas piezas están desgastadas, el sonido que producen al girar puede ser extremadamente molesto, un golpeteo seco que evoca la sensación de que algo está a punto de romperse.

Las juntas homocinéticas, por otro lado, permiten que las ruedas giren mientras el coche se desplaza, pero cuando se desgastan o pierden lubricación, emiten un chasquido repetitivo al girar. Este ruido, sobre todo perceptible al hacer maniobras cerradas, genera una sensación de inestabilidad en la conducción, como si el vehículo estuviera perdiendo cohesión entre sus componentes. En muchos casos, este problema es señal de que la junta necesita ser reemplazada cuanto antes, ya que de lo contrario podría comprometer gravemente el sistema de dirección.

¿Por qué vibra el volante a baja velocidad?

La vibración del volante a baja velocidad suele estar relacionada con problemas en el sistema de suspensión o en las rótulas. Cuando estas piezas están dañadas o desgastadas, el volante puede empezar a temblar, sobre todo al girar. La vibración genera una sensación incómoda, como si el coche estuviera fuera de control por un breve momento, lo que puede ser desconcertante para el conductor. Además, esta vibración puede ir acompañada de un ruido sordo o de un chasquido, lo que indica un problema más severo en el sistema.

Otro posible motivo de vibración es una desalineación en las ruedas o en los ejes. Si las ruedas no están alineadas correctamente, el volante puede empezar a vibrar al girar, incluso a baja velocidad. Esta sensación de desequilibrio es un síntoma claro de que algo no está funcionando correctamente en la geometría del vehículo y debe ser revisado cuanto antes.

Consejos para evitar el problema

  • El mantenimiento preventivo es clave para evitar ruidos y vibraciones en el volante.
  • Revisar periódicamente el nivel de líquido de dirección asistida.
  • Inspeccionar regularmente las rótulas.
  • Realizar una alineación periódica de las ruedas.
  • Comprueba que no haya fugas en el sistema de dirección.
  • Revisa que no haya problemas con la conexión eléctrica.