Cambiar la correa de distribución es un proceso esencial para mantener el motor de tu coche en óptimas condiciones. Este componente asegura la sincronización entre las válvulas y los pistones, evitando daños graves en el motor. Aunque pueda parecer un procedimiento complejo, siguiendo los pasos adecuados, es posible realizarlo correctamente.

¿Cuándo hay que hacer el cambio?


El momento adecuado para cambiar la correa de distribución depende de varios factores, como el tipo de vehículo, el modelo del motor y las recomendaciones del fabricante. Normalmente, los fabricantes especifican cada cuántos kilómetros se cambia la correa de distribución.

  • Por tiempo: Muchas correas están diseñadas para durar entre 5 y 7 años, ya que el material puede deteriorarse con el paso del tiempo, incluso si el coche no ha recorrido demasiados kilómetros.
  • Por kilometraje: Se recomienda cambiarla después de 60.000 a 150.000 kilómetros, según el tipo de vehículo.

Es fundamental revisar regularmente el estado de la correa, ya que un fallo en este componente puede provocar daños graves y costosos en el motor. El kilometraje aconsejado para cambiar la correa de distribución varía dependiendo del coche. Algunos vehículos requieren el cambio a los 60.000 kilómetros, mientras que otros pueden esperar hasta los 120.000 kilómetros. Revisar el manual del fabricante es crucial para determinar el intervalo exacto.

Pasos para cambiarla:


1

Desconecta la batería y prepara el vehículo

El primer paso es garantizar la seguridad del procedimiento. Desconecta la batería para evitar cortocircuitos durante el proceso. A continuación, levanta el coche con un gato hidráulico y coloca caballetes para estabilizarlo. Esto permitirá acceder con mayor facilidad al motor.


2

Retira los componentes necesarios

Para llegar a la correa de distribución, es necesario retirar ciertos elementos que obstruyen su acceso, como la cubierta de plástico del motor, las poleas auxiliares y otras piezas adyacentes. Cada vehículo tiene un diseño diferente, por lo que conviene consultar el manual para identificar qué partes desmontar.


3

Marca la posición de la correa antigua

Antes de retirar la correa vieja, utiliza un marcador o pintura para señalar la posición de los engranajes y las poleas. Este paso es vital para mantener la sincronización del motor cuando instales la nueva correa.


4

Retira la correa de distribución desgastada

Afloja el tensor que mantiene la correa en su lugar y quítala cuidadosamente. Aprovecha este momento para inspeccionar otros componentes como el tensor y las poleas. Si muestran signos de desgaste, es recomendable reemplazarlos junto con la correa.


5

Instala la nueva correa de distribución

Coloca la nueva correa siguiendo las marcas que realizaste anteriormente. Asegúrate de que esté bien alineada y tensa según las especificaciones del fabricante. Este paso es crucial para garantizar que el motor funcione correctamente.


6

Vuelve a montar los componentes y realiza pruebas

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Descubre como cambiar tu mismo la correa de distribución

Este vídeo explica detalladamente cómo puedes cambiar la correa de distribución tu mismo y  de forma detallada. No te lo pierdas:

¿Por qué es necesario cambiar la correa de distribución?

La correa de distribución es uno de los componentes más importantes del motor. Su función principal es sincronizar el movimiento de las válvulas y los pistones, asegurando que el motor funcione de manera eficiente. Si no se cambia a tiempo, pueden ocurrir fallos graves.

  1. Evitar daños en el motor: Una correa rota puede provocar que las válvulas y los pistones se golpeen, lo que resultaría en una reparación extremadamente costosa.
  2. Mantener el rendimiento del motor: Una correa desgastada puede perder su capacidad de mantener la sincronización, afectando la eficiencia del motor.
  3. Reducir riesgos en carretera: El fallo de la correa puede dejar el vehículo inmovilizado en cualquier lugar, lo que supone un peligro en medio del tráfico o en trayectos largos.
  4. Prolongar la vida útil del motor: Cambiar la correa a tiempo evita un desgaste innecesario en otros componentes del motor, garantizando su durabilidad.

Cambiar la correa de distribución es una tarea crucial y esencial para garantizar no solo la seguridad y el buen rendimiento del motor, sino también para evitar reparaciones inesperadas que pueden ser significativamente más costosas. Aunque pueda suponer un desembolso económico considerable, este mantenimiento preventivo asegura que el motor no sufra daños graves y complicados que puedan comprometer la funcionalidad del vehículo.

Ignorar el cambio puede derivar en problemas importantes, como fallos mecánicos irreparables, reparaciones complejas que requieran mucho tiempo o incluso la completa inmovilización del coche. Planificar este mantenimiento según las recomendaciones específicas del fabricante es vital para mantener la eficiencia y prolongar la vida útil del motor. Es una inversión imprescindible y necesaria que, aunque pueda parecer un gasto elevado al principio, garantiza la tranquilidad, seguridad y fiabilidad de cada trayecto, minimizando riesgos y maximizando el disfrute al volante.