Entre los coches que conseguimos según el tipo de caja de cambios que poseen están los automáticos y los sincrónicos; estos se diferencian a grandes y pequeñas escalas gracias a que principalmente el segundo cuenta con una palanca para cambiar manualmente de velocidades y con un pedal de embrague que ayudan a desarrollar determinada función, mientras que el primero no necesita de esto ya que el mencionado cambio lo hace por su cuenta. El embrague es una pieza fundamental en la marcha y debido a su constante uso puede experimentar desgaste y dependiendo del modo de utilización amerita un reemplazo en determinado tiempo; es así como este mismo componente se encuentra integrado por otros, como lo es el bombín. Detectar los síntomas o fallas que pueden estar presentando es clave para llevar nuestro coche al taller y evitar mayores y graves averías. Es por eso que en caso de alguna rotura lo mejor es ya estar prevenido con lo que conlleva, por lo que este artículo va dirigido a eso exactamente.

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Te explicamos por qué se rompe el bombín del embrague

El embrague es una pieza que sufre mucho desgaste ya que su uso es constante, aunado a que muchas veces los hábitos de conducción no favorecen en la expansión de su vida útil. Un elemento del embrague que puede presentar una rotura es el bombín, el cual es el encargado de acoplar o ajustar y desacoplar el disco del embrague. Este elemento también posee un retén hermético que si se estropea suele causar una avería bastante común en los vehículos. Toda la falla que presenta en el bombín del embrague se traduce como una de tipo hidráulico.

¿Por qué se rompe el bombín del embrague?

Fallo en el sistema hidráulico

Un deterioro o daño en el bombín del embrague puede deberse a un fallo en el sistema hidráulico, donde antiguamente se percibía era un cable de acero, que es el que comparte el líquido igual presente en el circuito hidráulico de los frenos. Se señala específicamente que para la función del bombín este cuenta con un retén hermético el cual es el encargado de evitar que dicho líquido se fugue del circuito. En este sentido, si este componente se estropea, el líquido puede esparcirse fuera del circuito y es justo aquí cuando se presenta la avería la cual en realidad es una de las más comunes. Con todo esto se empezará a notar que el pedal del embrague está muy blando o tiene un comportamiento extraño, como por ejemplo que no logra recuperar su recorrido y queda a medias.

¿Qué ocurre si se rompe el embrague en marcha?

Cuando se rompe el embrague con el coche en marcha el pedal del mismo se quedará hundido, atascado, lo que le quita al conductor la posibilidad de retomar el control sobre la caja de cambios, lo que significa que el coche estará marchando en la velocidad que tenías metida, al menos de que optes por intentar calar con el freno o apagar definitivamente el coche, pero ambas acciones pueden terminar por ser perjudiciales para el sistema ocasionando peores averías o inclusive una exposición innecesaria a un incidente. Igual, hay que tomar en cuenta que si se rompe el embrague aun así el coche puede seguir circulando, en marcha, por lo que se tendrán que tomar ciertas acciones para manejar y controlar la situación de la forma más eficiente posible.

¿Se puede circular con el embrague roto?

La respuesta simple es sí. Sí se puede circular con el embrague roto, pero sería una acción irresponsable y peligrosa tanto para el conductor como para el mismo coche y los demás que se encuentran en la vía. Lo recomendable es llamar a una grúa para que recoja y lleve el vehículo al taller para darle solución a la avería presentada. Dicho esto, abriendo la posibilidad de circulación con el embrague roto, para lograrlo será necesario empezar la marcha con el vehículo empujando o bien en una pendiente y proceder a insertar las marchas sin meter el embrague. Esto, aunque se haga muy bien causará daños en la caja de cambios y la transmisión, así que no es para nada recomendable hacerlo.

Síntomas de que tu embrague está en mal estado o roto

El embrague es una pieza esencial que hay que cuidar. Cuando este se encuentra en mal estado o roto inmediatamente hará ver sus síntomas de forma clara y precisa por lo que hay que estar apercibidos de cuáles son para poder detectarlos a tiempo y evitar tantas averías de mayor tamaño que situaciones de riesgo. Cuando el embrague se encuentre en mal estado se notará que al hacer uso del embrague las revoluciones aumentan, pero el coche no progresa con la fuerza suficiente, este es un efecto conocido como que el embrague patina, además de que el pedal del embrague al ser soltado presenta fuertes ruidos que, por supuesto antes no se escuchaban, entre otras cosas.

Pedal duro

Si el pedal del embrague está muy duro es clara señal de que algo no anda bien, al presionar cuesta más de lo que antes costaba y se escuchan chirridos o sonidos como de lija que antes no estaban presentes y la marcha tarda por ello en llegar. Y es que al hacer presión en el pedal este debe de volver a su estado original pero cuando el mismo está duro tarda en hacer esto inclusive se corre el riesgo de que se quede atascado en una de esas.

Pedal suelto

Si el pedal del embrague está suelto, es decir muy flojo, definitivamente el cambio de marcha se verá en peligro. Y es que la función del embrague es precisamente aguantar o ajustar el disco para que la marcha se produzca, pero cuando el pedal está suelo este pierde el agarre, lo que no permite que el cambio de marcha se efectúe.

¿Por qué se rompe el bombín del embrague?

Precio de arreglar el bombín del embrague roto

Una vez teniendo en cuenta los síntomas que nos avisaran si el embrague está en mal estado o roto será preciso llevar lo antes posible el vehículo al taller. Normalmente un kit de embrague suele oscilar entre 150 y 200 euros referencialmente, pero esta cifra por supuesto está sometida a cambios dependiendo de la caja de cambios y lo fácil o complicado que sea desmontarla, lo que puede hacer que el precio oscile entre unos 600 y 1.000 euros. Obviamente, hay otros factores que podrían intervenir como es el caso de la gravedad en sí de la falla, el taller al que se acuda, entre otros.


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