El motor rotativo, también conocido como motor Wankel, destaca por ofrecer potencia en un formato compacto y sin pistones tradicionales. Su funcionamiento se basa en un rotor triangular que gira dentro de una cámara ovalada, lo que le permite desarrollar las fases del ciclo térmico de forma continua.
Este diseño revolucionario reduce el peso, mejora la suavidad de funcionamiento y permite un alto régimen de revoluciones. Aunque no es tan común como el motor de pistones, ha encontrado un hueco en vehículos deportivos y prototipos gracias a su singularidad mecánica y comportamiento dinámico.

A diferencia de los motores tradicionales con pistones alternativos, el motor rotativo aprovecha un diseño circular que genera potencia de manera más lineal, reduciendo vibraciones y ofreciendo un comportamiento ágil. Su tamaño compacto lo convierte en una solución ideal para deportivos ligeros o híbridos de autonomía extendida. Sin embargo, también presenta desafíos como el consumo y la durabilidad del sellado interno, lo que ha limitado su adopción masiva.


¿Qué es el motor rotativo?
El motor rotativo es un tipo de propulsor de combustión interna que reemplaza los pistones lineales por un rotor con forma de triángulo redondeado. Esta pieza gira dentro de una cámara especial, generando las fases de admisión, compresión, combustión y escape en diferentes zonas del recorrido.
Su creador, Felix Wankel, lo desarrolló en los años 50 como una solución más ligera, suave y compacta para los motores de la época. Aunque su uso ha sido minoritario, ha dejado huella en modelos emblemáticos como el Mazda RX-7 o el RX-8.
- Compacto y ligero
- Sin pistones tradicionales
- Movimiento giratorio continuo
- Alta relación potencia/peso
- Diseño mecánico simplificado
¿Cómo funciona el motor rotativo?
El principio de funcionamiento del motor rotativo se basa en un rotor triangular que gira dentro de una carcasa en forma de óvalo (epitrocoide). A medida que el rotor gira, sus lados sellan compartimentos donde ocurren sucesivamente las cuatro fases del ciclo de Otto: admisión, compresión, combustión y escape.
Este movimiento giratorio, a diferencia del alternativo de los pistones, produce una entrega de potencia más continua y menos vibraciones. La simplicidad de piezas móviles reduce el mantenimiento, aunque también implica un reto en términos de estanqueidad y consumo.

- Rotor
- Cámara epitrocoidal
- Sellos de ápice (apex seals)
- Cigüeñal excéntrico
- Sistema de encendido doble
Pasos del ciclo de funcionamiento del motor rotativo
Admisión
El rotor deja espacio para que entre la mezcla aire-combustible a través del conducto de admisión.
Compresión
A medida que gira, el volumen se reduce, comprimiendo la mezcla.
Combustión
Las bujías la encienden, generando expansión de gases y empuje.
Escape
El gas quemado se expulsa por la salida de escape conforme avanza el rotor.
Transmisión del movimiento
El rotor acciona un eje excéntrico que convierte la rotación en energía útil.
Reinicio del ciclo
El proceso se repite constantemente en cada cara del rotor.
Ventajas e inconvenientes
El motor rotativo ofrece grandes beneficios: es ligero, compacto y proporciona una excelente relación potencia-peso. Esto lo convierte en la opción ideal para coches deportivos y aplicaciones donde el espacio es limitado. Además, su entrega de potencia es muy suave gracias al movimiento giratorio constante del rotor.
Sin embargo, no todo son virtudes. Tiene fama de consumir más combustible y aceite que un motor tradicional, y los problemas de desgaste en los sellos de ápice pueden acortar su vida útil. Por eso, su uso se ha restringido a nichos muy concretos, aunque sigue despertando admiración entre los entusiastas.

El motor rotativo representa una visión alternativa del automóvil: más ligera, más suave y diferente. Aunque sus desafíos mecánicos lo han mantenido al margen del uso masivo, su filosofía de diseño sigue viva en proyectos innovadores. Marcas como Mazda continúan apostando por esta tecnología como generador en híbridos o deportivos experimentales, demostrando que lo inusual también puede tener futuro.
