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¿Merece la pena poner frenos cerámicos en el coche?

Leticia Gijon

Leticia Gijon

Redactor/a de Total Renting
¿Merece la pena poner frenos cerámicos en el coche?

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    Ventajas e inconvenientes de los frenos cerámicos

    Los frenos cerámicos han logrado conquistar un lugar especial en el mundo de los vehículos de alta gama y competición, gracias a su capacidad para transformar el calor en potencia controlada. Estos frenos, diseñados para resistir condiciones extremas, ofrecen una experiencia de conducción única. Al tocar el pedal, sientes cómo el vehículo responde de manera inmediata, firme, con una precisión que genera una sensación de seguridad inigualable. Para quienes buscan el máximo rendimiento, los frenos cerámicos son esa pieza clave que transforma la conducción en algo más que desplazarse: es disfrutar del control absoluto.

    Sin embargo, no todo es positivo. Su resistencia extrema viene acompañada de un precio elevado y ciertos inconvenientes prácticos. Aunque destacan en frenadas a altas temperaturas, en situaciones cotidianas, con los discos fríos, pueden ser menos eficientes que los frenos metálicos. En ciudad, esto puede generar una sensación de incomodidad, aunque temporal.

    Por ello, es esencial que cada conductor valore la relación entre las ventajas y los inconvenientes antes de decidir. Un automóvil usado principalmente en la ciudad quizá no aprovecharía al máximo este tipo de frenos.

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    Ventajas

    Al usar frenos cerámicos, se percibe de inmediato una mayor ligereza en la conducción. Estos frenos pesan un 50% menos que los de hierro, lo que mejora la agilidad del coche. Al reducir el peso, el vehículo responde de manera más rápida y fluida en cada curva, aceleración y frenada, conectando mejor con la carretera.

    Además, su durabilidad es impresionante, alcanzando hasta 300.000 km sin necesidad de recambio, lo que reduce el mantenimiento. Los frenos cerámicos también soportan altas temperaturas, manteniendo su rendimiento incluso en frenadas intensas, aportando confianza en situaciones exigentes.

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    Inconvenientes

    Los frenos cerámicos tienen algunas desventajas notables. El principal inconveniente es su alto precio, que puede superar los 9.000 euros, lo que no es ideal para quienes no buscan un rendimiento extremo. Además, son más ruidosos que los frenos convencionales, algo que puede ser molesto en el día a día.

    En temperaturas bajas, también pueden perder algo de eficacia, lo que resulta en frenadas más largas, especialmente en entornos urbanos donde los frenos no alcanzan altas temperaturas. Esto puede ser un problema para quienes priorizan una conducción más cómoda.

    ¿Cómo se fabrican?

    El proceso de fabricación de los discos de freno cerámicos es una obra de precisión. Primero, se moldea una base de fibra de carbono, que posteriormente se compacta y prensa para eliminar cualquier imperfección. Luego, esta base se combina con carburo de silicio, lo que da como resultado un disco extremadamente resistente, capaz de soportar temperaturas superiores a los 900 grados Celsius.

    Este proceso no es inmediato ni sencillo; toma varios días, e incluso semanas, lograr la pieza perfecta. Cada disco pasa por distintas fases de horneado y prensado, lo que asegura que la mezcla de materiales sea homogénea y que el disco tenga la dureza y resistencia necesarias para su uso en condiciones extremas.

    Finalmente, una vez que el disco ha pasado por todos estos procesos, se somete a rigurosos controles de calidad, donde cualquier mínima imperfección es detectada y corregida.

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