La transición hacia una movilidad más sostenible es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la sociedad actualmente, y la electrificación del transporte es una de las principales estrategias para lograrlo. De esta manera, los coches eléctricos están ganando terreno en todo el mundo, y cada vez son más comunes en las calles de las ciudades. No obstante, para que la transición sea completa, es necesario abordar una cuestión clave: cómo se cargan los vehículos eléctricos.

En Alemania, uno de los líderes mundiales en la adopción de energías renovables, la carga de los coches eléctricos en las casas está cobrando especial relevancia. El aumento de la demanda eléctrica que supone cargar un vehículo en el hogar está planteando desafíos a la red eléctrica, lo que ha llevado a las autoridades a tomar medidas restrictivas. Pero, ¿están estas medidas justificadas o son excesivamente alarmistas? Precisamente de eso es que hablaremos hoy.

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¿Qué es lo que está pasando en Alemania con la carga de los coches eléctricos en las casas?

Esto está ocurriendo en Alemania con la carga de los coches eléctricos en las casas

En la actualidad, Alemania dispone de algo más de 50.000 estaciones de carga públicas para coches eléctricos, pero el aumento en la venta de estos vehículos ha llevado al gobierno a comprometerse a instalar un millón de cargadores adicionales antes del año 2030.

No obstante, a esto se añade la carga de vehículos eléctricos en instalaciones privadas, tanto de particulares como de empresas, incluyendo fabricantes de coches. Como resultado, el aumento en la demanda de energía eléctrica está generando desafíos en la capacidad de la red eléctrica alemana.

Según informan medios alemanes, los operadores eléctricos del país han alertado al gobierno sobre las crecientes sobrecargas en la red eléctrica durante ciertas horas del día. Este aumento de la demanda se debe a la combinación de la carga de vehículos eléctricos en estaciones públicas y en cargadores domésticos, además del uso de bombas de calor para la climatización de hogares y establecimientos comerciales, entre otros factores.

¿Se limitará la energía?

En respuesta a esta situación, la Agencia Federal de Redes de Alemania (BNetzA) tiene previsto implementar un plan a partir de enero de 2024 que permitirá a los operadores de la red eléctrica limitar de manera remota el uso de calefacciones y cargadores de coches eléctricos sin la autorización de los usuarios.

No obstante, este plan ha generado críticas por parte de varias entidades, incluyendo la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA), que cuestiona la lógica de limitar la carga de vehículos eléctricos en los hogares si, al mismo tiempo, se incentiva la adopción de esta tecnología.

Pero, debemos aclarar, que, de acuerdo con el informe de Welt, la BNetzA no tiene previsto restringir la potencia de carga en los puntos de recarga públicos. Esta medida permitiría evitar situaciones incómodas para los usuarios que se quedan sin suficiente carga durante sus desplazamientos y necesitan continuar su trayecto.

Potencia máxima1044

Según informes, la propuesta de la BNetzA implica limitar la potencia de carga doméstica para los vehículos eléctricos a 3,7 kW, lo que significaría una reducción significativa en la potencia de los cargadores instalados en muchas viviendas y edificios de oficinas. En algunos casos, la reducción podría superar el 50% de la potencia disponible actualmente.

Para poder darte un ejemplo más detallado, el Nissan Leaf, que cuenta con una batería de 40 kWh, para cargarlo completamente a una potencia de 3,7 kW se necesitarían más de 10 horas. En el caso del Tesla Model 3, otro popular coche eléctrico que dispone de una batería de 75 kWh, el tiempo de carga aumentaría a casi 20 horas a 3,7 kW.

Mientras tanto, los propietarios alemanes de coches híbridos enchufables tendrían un tiempo de carga relativamente menor. Sin embargo, incluso un modelo como el Kia Niro PHEV, con una batería de 11,1 kWh, requeriría alrededor de tres horas de carga a esa potencia.

¿Son buenas o malas estas medidas?

La propuesta de limitar la potencia de carga doméstica a 3,7 kW podría tener un impacto negativo en los vehículos eléctricos puros, los cuales Europa está tratando de fomentar. Por otro lado, los híbridos enchufables, con una menor capacidad de almacenamiento energético, podrían no ser tan afectados. Esta medida parece ir en contra de la decisión de prohibir los coches de combustión interna a partir de 2035, lo que hace que resulte contradictoria. Es como si se estuviera dañando el propio objetivo que se desea alcanzar.

La Asociación de Tecnologías Eléctricas, Electrónicas y de la Información e. V. (VDE) de Alemania ha señalado que el riesgo de sobrecarga de la red eléctrica depende del factor de simultaneidad, es decir, si todos los coches eléctricos se cargan al mismo tiempo o de forma secuencial. En cambio, el uso de bombas de calor para climatizar los hogares y establecimientos comerciales, en función del clima, puede tener un alto grado de simultaneidad.

Por su parte, Benedikt Kessler, jefe de operaciones de red de energis-Netzgesellschaft mbH en Saarbrücken, ha apuntado que, para recorrer una distancia de 100 kilómetros, el usuario podría necesitar entre 15 y 20 kWh de energía.

En sí, la problemática de la sobrecarga eléctrica es real y requiere de soluciones efectivas. No obstante, es de vital importancia cuestionarse si las medidas propuestas por las administraciones alemanas son proporcionales a la magnitud del problema y si están considerando todas las posibles soluciones antes de tomar decisiones que puedan afectar negativamente al desarrollo del mercado de los vehículos eléctricos.

Es crucial que se encuentre un equilibrio entre el uso sostenible de la energía y la promoción de tecnologías limpias que ayuden a reducir las emisiones de gases contaminantes.


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