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El TVR Griffith irrumpió en la escena automotriz de principios de los 90 como un auténtico deportivo británico. Su diseño distintivo y sus prestaciones puras lo distinguieron rápidamente. Con un frontal alargado y musculoso, una cabina retrasada y una zaga compacta, el Griffith fue diseñado para ofrecer una experiencia de conducción visceral. Su ligereza combinada con un potente motor V8 y la propulsión trasera, le conferían un carácter agresivo y emocionante al volante.
Los Griffith vinieron en varios sabores, cada uno con su propio golpe de adrenalina. Partiendo del modelo base, podías subir la apuesta con más potencia y prestaciones. La carrocería siempre mantuvo esas líneas curvas que parecían gritar velocidad, pero con cada variante, te acercabas más a un cohete de carretera.
La saga del TVR Griffith comenzó en 1991, marcando una nueva era para la marca británica. Este vehículo se convirtió en un ícono del renacimiento de los deportivos clásicos de TVR. A lo largo de los años, el Griffith evolucionó con actualizaciones en diseño, tecnología y rendimiento, pero siempre manteniendo su alma de deportivo potente y sin concesiones. Fue un modelo que continuó su legado hasta finales de los 90, dejando tras de sí una estela de admiración y nostalgia.
El TVR Griffith se presentó en distintas versiones, destacando por su variedad y rendimiento:
Cada una con un conjunto de características que elevaban su desempeño y exclusividad.
El TVR Griffith es sinónimo de potencia y estilo. Entre sus características generales, destacan:
– Motor V8 con diferentes rangos de potencia.
– Diseño ligero y aerodinámico.
– Tracción trasera para un manejo deportivo.
– Interior personalizable con acabados de lujo.
– Tecnología avanzada para la época.
Estas características lo convierten en una pieza deseable para coleccionistas y entusiastas del automovilismo.
Comodidad8,9
Seguridad9,4
Calidad/Precio8,8
Diseño9,2
Los precios del TVR Griffith reflejan su exclusividad y rendimiento. En su lanzamiento, el Griffith no era precisamente asequible, posicionándose como un deportivo de lujo. Aunque el precio inicial era elevado, ofrecía una relación calidad-precio que muchos consideraban justa, dada su artesanía y rendimiento. Hoy en día, un Griffith bien conservado puede alcanzar cifras significativas en el mercado de coches clásicos, con una valoración que ha ido en aumento debido a su estatus de culto y la limitada producción que tuvo en su día.
Las fichas técnicas del TVR Griffith (1991) revelan un vehículo de impresionantes capacidades. Con acabados que podían personalizarse al gusto del cliente, cada Griffith era casi único. Sus medidas compactas ocultaban un habitáculo enfocado en la experiencia de conducción, con ergonomía y funcionalidad pensadas para el disfrute del pilotaje.
El TVR Griffith se ofreció en una gama de pinturas y colores vibrantes que realzaban sus líneas. Cada tono fue seleccionado para complementar la naturaleza extrovertida del auto, desde el clásico British Racing Green hasta el audaz Cherry Red.
Las llantas del TVR Griffith fueron diseñadas para combinar estilo y funcionalidad. Disponibles en varias aleaciones y diseños, no solo complementaban la estética agresiva del coche, sino que también contribuían a su rendimiento dinámico y manejo preciso.
El TVR Griffith de 1991 resaltaba por su cuidado interior deportivo, con asientos envolventes que ofrecían un excelente agarre y comodidad. La tapicería podía ser de cuero de alta calidad, añadiendo un toque de lujo y distinción. El acento en la experiencia de conducción era evidente, con un diseño interior que priorizaba la funcionalidad y la ergonomía, haciendo del Griffith un claro ejemplo de la filosofía de TVR.
En cuanto a seguridad, el TVR Griffith se adelantó a su tiempo con un chasis tubular de acero que ofrecía rigidez y protección. Aunque los avances tecnológicos en ayudas a la conducción no eran comparables con los actuales, el Griffith contaba con un sistema de frenos ventilados y un bajo centro de gravedad que mejoraba la estabilidad y la respuesta en situaciones límite. La combinación de rendimiento bruto y una experiencia de conducción pura requería, no obstante, un conductor con habilidades avanzadas para gestionar su potencia sin comprometer su seguridad.
La conectividad y el sistema de audio no eran el enfoque principal en un vehículo de alto rendimiento como el TVR Griffith de 1991. Sin embargo, contaba con una radio y un reproductor de cassettes que podía incluir una mejora a reproductores de CD, un equipamiento relativamente avanzado para la época. Los altavoces estaban integrados de forma que no interferían con la experiencia de conducción, permitiendo a los conductores disfrutar de un sonido decente sin distracciones inncesarias del rugido característico del motor V8.
Si se buscaba mejorar la ya impresionante estética del TVR Griffith, existían opciones como llantas de aleación de distintos diseños y tamaños, capotas de fácil manejo para las versiones convertibles y una amplia gama de acabados de pintura personalizables.
Por dentro, los opcionales incluían diferentes tipos de cuero y costuras para los asientos, inserciones de madera o carbono para el tablero y detalles cromados o en aluminio que reforzaban el carácter exclusivo de este deportivo británico.
Los paquetes de opciones permitían a los compradores del Griffith personalizar su coche con conjuntos preseleccionados centrados en el rendimiento o la estética, optimizando así el proceso de configuración.
Además de los opcionales de diseño y acabado, el Griffith ofrecía la posibilidad de potenciar su rendimiento con diferentes configuraciones de motor y suspensiones deportivas ajustables según la preferencia del conductor. También podían equiparse sistemas de escape de alto rendimiento que no solo mejoraban las prestaciones, sino que acentuaban el sonido distintivo de su motor V8. Otras mejoras incluían frenos mejorados para enfrentar la aumentada potencia y manejo, garantizando que la experiencia de conducción fuese tan segura como emocionante.
Calcular el seguro de un TVR Griffith requiere tener en cuenta factores como su potencia, exclusividad y las particularidades de un coche clásico.
El TVR Griffith cuenta con una gama de motores V8 con cilindradas que van desde los 4.0 hasta los 5.0 litros. Así, los cv oscilan entre los 240 CV y más de 340 CV, dependiendo de la versión específica del modelo.
El TVR Griffith está equipado con una transmisión manual de 5 velocidades que proporciona una experiencia de conducción deportiva y directa.
La velocidad máxima del TVR Griffith varía según el modelo y la configuración del motor, pero puede superar los 250 km/h.
El TVR Griffith es un deportivo biplaza, diseñado para albergar al conductor y un pasajero.
El diseño del TVR Griffith se caracteriza por una carrocería de fibra de vidrio con líneas agresivas y curvas pronunciadas, faros escamoteables y un habitáculo orientado al conductor con un fuerte enfoque en la ergonomía y el minimalismo.
Aunque el TVR Griffith es reconocido por su rendimiento y capacidad deportiva, puede no ser el más cómodo ni práctico para el uso diario, especialmente debido a su suspensión deportiva, el bajo perfil y la ausencia de algunas comodidades modernas.
El mantenimiento del TVR Griffith debe ser realizado por especialistas acostumbrados a trabajar con coches deportivos de alto rendimiento. Se recomienda el seguimiento riguroso del programa de mantenimiento del fabricante y prestar atención especial al estado de los componentes de la suspensión y transmisión.