¡Desde Total Renting os deseamos a todos una FELIZ NAVIDAD!
El TVR 400 de 1988 es una máquina británica que destila carácter y poderío. Con una estética agresiva y un rendimiento que aún hoy impresiona, destaca por:
El TVR 400 (1988) se ofrecía en diversas variantes de carrocería que satisfacían las preferencias de sus clientes. Los principales diferenciadores eran:
La selección de variantes proveía a los entusiastas la oportunidad de elegir un vehículo que se alineara con su estilo de conducción y estética deseada.
El año 1988 fue significativo para TVR, marcando la consolidación de su serie 400 en el mercado de deportivos. El TVR 400 reflejaba la filosofía de rendimiento y exclusividad de la marca, ofreciendo una experiencia de conducción única y personalizable.
Las versiones del TVR 400 de 1988 se distinguían por su enfoque en el rendimiento y el lujo. Entre ellas, se encontraban:
Cada modelo presentaba diferencias sutiles en cuanto a rendimiento y diseño, pero todos compartían el espíritu TVR.
El TVR 400 de 1988 era famoso por su personalidad desbordante y su rendimiento emocionante. Entre sus características generales, destacaban:
El TVR 400 era, sin duda, un vehículo que ofrecía una experiencia sin filtros y auténticamente británica.
Comodidad9,6
Seguridad9,1
Calidad/Precio9,3
Diseño9,6
En su lanzamiento, el TVR 400 de 1988 no era un deportivo accesible para todos, posicionándose como una opción premium dentro del mercado.
Las fichas técnicas del TVR 400 revelaban su enfoque en el rendimiento. Con acabados que podían variar desde lo deportivo a lo lujoso, y medidas que enfatizaban su perfil bajo y ancho, el TVR 400 estaba claramente diseñado para ser un deportivo distintivo y deseable.
El TVR 400 de 1988 ofrecía una paleta de colores que realzaba sus líneas dramáticas. Desde el clásico British Racing Green hasta el atrevido Red Fireglow, las opciones de pintura eran un aspecto clave que permitía a los propietarios personalizar sus vehículos y destacarse en las carreteras.
Las llantas del TVR 400 (1988) eran más que un componente funcional; eran una declaración de estilo. Disponibles en diferentes diseños y tamaños, las llantas no solo complementaban la estética agresiva del vehículo, sino que también estaban optimizadas para mejorar la experiencia de conducción y el rendimiento en carretera.
Ay, los asientos del TVR 400 de ’88 son un puro espectáculo. ¿Sabes cuando te sientas y no quieres levantarte? Pues eso, con su tapicería de cuero que acaricia tus posaderas, te envuelve en un abrazo que no querrás soltar. Elegantes, deportivos y con ese toque retro que ahora nos mola tanto.
Aunque el TVR 400 es una bestia en el asfalto, no se quedó corto en cuanto a seguridad. Con una robusta estructura, buenos frenos y un chasis que se agarra a la carretera como si no hubiera un mañana, te hace sentir que, aunque la cosa se ponga fea, el coche responde.
¿Quién dijo que los coches de los 80 no podían ser tecnológicos? El TVR 400 venía con un sistema de audio que, para la época, era la caña. Aunque no esperes que sincronice con tu smartphone, el sonido tiene ese sello analógico que ahora está tan de moda. La radio te trae los hits de la época y, si pillas uno con casetera, prepara esas mixtapes. ¡La banda sonora de tus viajes en carretera está asegurada!
El TVR 400 ofreció opciones personalizables para aquellos que buscaban destacar. Las llantas de aleación y las pinturas especiales de carrocería brindaban un toque único a cada vehículo, complementando su diseño distintivo.
Para el habitáculo interior, se dispuso de distintas elecciones de acabados y colores, permitiendo a los compradores crear una cabina a su gusto, sumando exclusividad a la experiencia de conducción.
Los paquetes opcionales estaban diseñados para mejorar tanto la estética como la funcionalidad, combinando elementos exteriores e interiores en conjuntos exclusivos.
En lo que respecta a los opcionales, el TVR 400 permitía personalizar casi cada aspecto del vehículo. Los clientes podían elegir entre un abanico de aditamentos de lujo como diferentes tipos de volantes, pedales ajustables y detalles en fibra de carbono para hacer de su coche una bestia aún más única. Hablamos de un coche que, de por sí, ya es una leyenda, pero con estos extras, pasaba a ser una obra de arte rodante, cada detalle cuidado al milímetro para no solo correr, sino hacerlo con estilo.
Calcular el seguro del TVR 400 requiere considerar:
– Su potente motor V8.
– El chasis tubular, ligero y resistente.
– La exclusividad y valor coleccionable del modelo.
Estos factores, junto con la antigüedad del vehículo, influirán en la valuación de la póliza, ya que se trata de un coche único con características distintivas.
El TVR 400 de 1988 estaba equipado con un motor V8 que ofrecía una cilindrada que variaba dependiendo del modelo específico, pero comúnmente se encontraba en el rango de 3.5 a 4.0 litros.
La potencia del TVR 400 variaba según el modelo y las especificaciones del año, pero generalmente se situaba entre 240 y 275 CV.
El TVR 400 puede alcanzar una velocidad máxima que oscila generalmente entre los 220 y los 240 km/h, dependiendo de la versión y el estado del vehículo.
El TVR 400 es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en un intervalo de tiempo que va desde los 5,0 a los 6,0 segundos.
El TVR 400 es un automóvil deportivo que comúnmente cuenta con dos asientos.
El TVR 400 venía equipado con una transmisión manual de 5 velocidades.
El diseño del TVR 400 destacaba por su estilo deportivo y agresivo, con una carrocería de fibra de vidrio y un interior que variaba en acabados y materiales, pero que mantenía una estética orientada hacia la deportividad y el lujo.