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El SsangYong Kallista es un modelo que evoca diseño clásico y prestaciones modernas para su época. Este vehículo destaca por:
El SsangYong Kallista cuenta con distintas variantes de carrocería que atendían a los gustos y necesidades de diversos usuarios. Dichas variantes se caracterizan por:
Lanzado en 1992, el SsangYong Kallista reflejaba las tendencias y avances tecnológicos de la época, presentando una propuesta interesante en su segmento.
Las versiones del Kallista tenían ese toque surcoreano que lo hacía único. ¿Buscas algo vintage pero actual? Este era tu coche.
El SsangYong Kallista de 1992 se centraba en ofrecer una experiencia automotriz robusta y fiable. Entre sus características generales, destacaban:
Comodidad9,5
Seguridad8,7
Calidad/Precio8,7
Diseño9,6
En 1992, el SsangYong Kallista se posicionaba en un rango de precios competitivo, ofreciendo una buena relación calidad-precio en su segmento.
Cada versión del SsangYong Kallista venía con su ficha técnica detallada, mostrando acabados de calidad y unas medidas proporcionadas.
El SsangYong Kallista de 1992 ofrecía una gama de pinturas y colores que realzaban su estética nostálgica y atemporal. Se podía optar por tonalidades clásicas que destacaban las líneas del vehículo, así como también por colores más audaces que subrayaban su personalidad distintiva. Esta paleta cromática permitía a los propietarios elegir un estilo que representara su gusto personal y se adecuara a la estética de la época.
Las llantas del Kallista combinaban funcionalidad con estilo, proporcionando una estabilidad notable y sumando puntos al atractivo visual del coche. Se ofrecían diseños variados que complementaban la elegancia de su carrocería.
Imagina que retrocedes en el tiempo y te encuentras en los ’90, justo en el asiento de un SsangYong Kallista. ¡Qué sensación! Los asientos, moldeados para ofrecer confort y un punto de carácter deportivo, son un claro ejemplo de lo que distinguía a este coche. Gozaban de una tapicería que invitaba a tocarla, con materiales que, para la época, eran de bastante calidad, ¿sabes? Un habitáculo acogedor y detalles como las inserciones de madera o metal contribuían a ese ambiente de exclusividad. No era el típico utilitario, definitivamente este coche tenía su propia esencia.
La seguridad en un SsangYong Kallista no iba a la última, pero tampoco se quedaba atrás para sus días. Contaba con los sistemas esenciales de seguridad pasiva que se esperarían. No había tantos airbags como en los coches de ahora, ni controles electrónicos avanzados, pero sí que te podías sentir seguro con su estructura reforzada y cinturones de seguridad que te hacían quedarte pegado al asiento en caso de un frenazo brusco.
Si hablamos de audio, el Kallista traía un equipo que te hacía disfrutar de la música a tope. ¿Conectividad? Justo la necesaria para la época.
Durante su comercialización, los clientes podían personalizar su Kallista con opciones exteriores que incluían:
En el interior, las posibilidades para hacer único tu Kallista eran también diversas:
Se ofrecían paquetes de mejora para aquellos que querían aún más exclusividad y confort.
Además de los opcionales exteriores e interiores, el SsangYong Kallista ofrecía una gama de accesos como protectores de motor, kits deportivos de suspensión y sistemas de escape con mejor rendimiento. En el apartado tecnológico, se podían incorporar radios avanzadas para la época o mejores sistemas de climatización. Estas opciones garantizaban una experiencia de conducción más personalizada para los usuarios que buscaban un extra en su vehículo.
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El SsangYong Kallista de 1992 cuenta con motorizaciones de gasolina que pueden variar en cilindrada y potencia, ofreciendo un rango aproximado de entre 100 y 150 CV.
La velocidad máxima del SsangYong Kallista de 1992 puede oscilar, dependiendo de la versión del motor, pero generalmente se sitúa en un rango de entre 160 y 190 km/h.
El SsangYong Kallista generalmente ofrece una configuración de 2 plazas, siguiendo el diseño estándar de un roadster deportivo.
El SsangYong Kallista de 1992 suele estar equipado con una caja de cambios manual, aunque podría variar en función de la versión concreta del modelo.
El SsangYong Kallista viene comúnmente con tracción trasera, característica típica de vehículos deportivos de su época.
El consumo medio del SsangYong Kallista puede variar entre 8 y 12 litros a los 100 km, dependiendo del estilo de conducción y las condiciones de la carretera.
El SsangYong Kallista tiene una carrocería tipo roadster, con un diseño enfocado en el rendimiento y la deportividad.