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Marca | Rover |
Modelo | 800 |
Año | 1992 |
Segmento | Automóvil de lujo |
Diseño | Británico sofisticado |
Variantes | Sedán, Fastback, Coupé |
Motorizaciones | Gasolina y Diésel |
El Rover 800 de 1992 se ofrecía en distintas variantes de carrocería, adaptándose a las necesidades y preferencias del mercado. Los amantes del diseño tradicional podían optar por la elegante silueta del sedán, mientras que quienes buscaban un estilo más dinámico se inclinaban por el Fastback. Además, el Rover 800 Coupé apelaba a aquellos que deseaban un toque de deportividad sin sacrificar la distinción. Cada versión mantenía el refinamiento y la calidad de construcción, pilares del legado de Rover.
Los dominantes años 90 representaron un periodo de madurez para el Rover 800. En 1992, este modelo ya había pasado por varias actualizaciones desde su lanzamiento en 1986, consolidándose en el mercado como una opción lujosa y competente. Con mejoras constantes en diseño, tecnología y rendimiento, la línea de 1992 reflejaba el compromiso de Rover con la evolución sin perder su identidad británica. Los veinte años transcurridos desde entonces no han hecho sino añadir un carácter clásico al Rover 800.
La gama del Rover 800 era un festín para los amantes de la variedad:
– 820, 825, 827
– Motores de 4 y 6 cilindros
– Ediciones especiales que añadían un extra de exclusividad
¡Más que un coche, un símbolo de status!
El Rover 800 del 92 poseía avanzadas características técnicas para su época. Estaban disponibles tanto en motores de gasolina como diésel, con opciones de 4 y 6 cilindros. La suspensión diseñada para un manejo fino, sumado a la incorporación de airbags y ABS, mostraban la preocupación por la seguridad. El interior reflejaba la tradicional artesanía británica, con acabados en madera y cuero que realzaban su atmósfera de confort y lujo. El equipamiento de serie incluía elementos como aire acondicionado, elevalunas eléctricos y un completo sistema de audio.
Comodidad8,9
Seguridad9,3
Calidad/Precio9,2
Diseño9,1
En 1992, el Rover 800 no era solo un conjunto de innovaciones y confort, sino también un signo de estatus, lo que se reflejaba en su precio. Se presentaba como un automóvil de lujo accesible para aquellos que deseaban distinción sin alcanzar los precios desorbitados de marcas premium. Los diferentes acabados y motorizaciones permitían cierta personalización en costes, aunque siempre manteniendo un estándar de calidad. Con los años, estos modelos se han convertido en coches clásicos, buscados por coleccionistas y amantes del automovilismo.
Consulte las fichas técnicas para detalles específicos sobre rendimiento, acabados y las dimensiones del Rover 800 de 1992.
El Rover 800 de aquel año exhibía una paleta de colores cuidadosamente seleccionada. Desde clásicos tonos sólidos como el British Racing Green hasta metálicos y perlescentes que resaltaban las líneas de su carrocería. Esta gama cromática enfatizaba la elegancia y la sobriedad, dos atributos claves de la marca. La pintura, aplicada con meticulosidad, también reflejaba el compromiso con la durabilidad y la resistencia frente a los elementos.
Las llantas del Rover 800 de 1992 no solo cumplían una función práctica sino que eran un fuerte componente estilístico. Disponibles en variados diseños y tamaños, desde las clásicas de aleación hasta opciones más deportivas, cada juego de llantas podía cambiar radicalmente la presencia del coche en la carretera. La atención al detalle en su diseño mostraba la conjunción de estilo y desempeño, algo que Rover entendía como esencial. Estas llantas también estaban preparadas para soportar el uso diario, sin comprometer la comodidad o la seguridad.
La serie Rover 800 de 1992 ofreció a sus usuarios un habitáculo donde el confort y la elegancia eran distintivos. Los asientos estaban diseñados para proporcionar un soporte óptimo, con ajuste eléctrico en las versiones más equipadas. La tapicería, disponible en distintos materiales, incluía opciones de tela de alta calidad o piel fina, que enfatizaban la sensación de lujo. Detalles como el apoyo lumbar ajustable y la memoria de posición para el asiento del conductor contribuían a una experiencia de conducción personalizada y sumamente confortable.
Equipado con tecnologías de seguridad activa y pasiva de su época, el Rover 800 disponía de sistemas como frenos ABS y pretensionadores de cinturones para la protección de los ocupantes.
Aunque la tecnología de conectividad moderna no estaba disponible en 1992, el Rover 800 incluía un sistema de audio considerado avanzado para su tiempo. Este contaba con radio AM/FM y reproductor de casetes, ofreciendo una calidad de sonido que realzaba la experiencia auditiva dentro del vehículo.
Externamente, el cliente podía personalizar su Rover 800 con una variedad de opciones como llantas de aleación de distintos diseños, techo solar eléctrico y pintura metalizada, aumentando así la estética y el valor del vehículo.
En el interior, se ofrecían mejora en la funcionalidad y la estética, como el control de crucero, un sistema de aire acondicionado automático y una gama de inserciones en madera para el salpicadero y paneles de puertas.
Para aquellos deseosos de equipar su Rover 800 al máximo nivel, existían paquetes que agrupaban opcionales de conveniencia y lujo. Por ejemplo, el paquete “Luxury” incluía asientos de cuero, climatizador automático y sistema de audio de alta fidelidad. Otros paquetes enfocaban en la deportividad o en mejoras tecnológicas para el confort de marcha y la seguridad.
Ciertos opcionales del Rover 800 eran particularmente codiciados, como el sistema de navegación, aunque rudimentario comparado con estándares actuales, y las suspensiones adaptativas que mejoraban la dinámica de conducción.
El cálculo del seguro para un Rover 800 debería tener en cuenta sus características premium y su enfoque en la seguridad. La inclusión de airbags y la robusta construcción son detalles diferenciadores en la política de seguros.
Las variantes del Rover 800 de 1992 ofrecían motores con una potencia que variaba entre aproximadamente 120 CV y 200 CV, dependiendo del modelo y del tipo de motor instalado, desde los más eficientes de cuatro cilindros hasta los más potentes de seis cilindros.
El Rover 800 de 1992 se podía encontrar en varias carrocerías, incluyendo sedán, hatchback y coupé, brindando así opciones que se adaptaban a diferentes necesidades y preferencias de los clientes.
Los motores disponibles para el Rover 800 en 1992 tenían cilindradas que iban desde aproximadamente 2.0 litros hasta 2.7 litros, ofreciendo un equilibrio entre rendimiento y eficiencia.
El Rover 800 típicamente cuenta con 5 asientos, proporcionando un espacio cómodo tanto para el conductor como para los pasajeros.
La velocidad máxima del Rover 800 puede variar dependiendo del modelo específico, pero generalmente se encuentra en un rango de entre 190 y 230 km/h.
El Rover 800 estaba disponible con opciones de transmisión manual de 5 velocidades o automática, lo cual permitía a los conductores seleccionar el tipo de conducción que preferían.
La fiabilidad del Rover 800 de 1992 puede variar según el mantenimiento y el uso previo del vehículo, pero en general, se consideraba razonablemente confiable en su época, siempre que se realizaran los cuidados y servicios adecuados a su motor y componentes.