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El Mitsubishi Lancer de 1979 se consagró como un vehículo versátil y fiable, capturando la esencia de automoción de la época. Ofreció:
El Mitsubishi Lancer de 1979 se presentó en distintas variantes de carrocería, brindando opciones tanto para el mercado familiar como para el entusiasta de los deportes motorizados. Esta diversidad incluyó versiones como el sedán convencional, el coupé más deportivo y el versátil station wagon, cada uno con sus propias especificaciones y adaptaciones para satisfacer las necesidades y gustos de una amplia clientela.
El año 1979 marcó un hito en la historia del Mitsubishi Lancer, consolidándolo como un competidor destacado en su segmento. Durante ese periodo, el Lancer evolucionó en cuanto a diseño, prestaciones y equipamiento, fortaleciendo su posición en mercados globales. Los ajustes realizados durante dicho año se enfocaron en mejorar aspectos como la eficiencia de consumo y el confort de manejo, sin descuidar su ya reconocida fiabilidad mecánica.
El Mitsubishi Lancer de 1979 destacó por ofrecer distintas versiones para captar un público variado:
Estas versiones buscaron satisfacer desde el usuario común hasta al más entusiasta.
Las características que distinguieron al Mitsubishi Lancer de 1979 incluyeron:
Estos aspectos consolidaron su reputación como una opción robusta y confiable.
Comodidad9,4
Seguridad9,0
Calidad/Precio9,4
Diseño8,7
El Mitsubishi Lancer de 1979 se ofreció con una estructura de precios competitiva, posicionándose como una opción accesible para una amplia gama de consumidores.
Las fichas técnicas del Mitsubishi Lancer de 1979 destacaron por su detalle y precisión, ofreciendo información detallada sobre acabados y medidas, facilitando la comparación y elección entre sus distintas versiones.
La gama de pinturas y colores para el Mitsubishi Lancer de 1979 permitía personalizar el vehículo, con opciones que variaban desde tonos sobrios hasta más llamativos.
Las llantas del Mitsubishi Lancer de 1979 no eran meramente funcionales, sino que también contribuían a la estética del vehículo. Disponibles en distintos estilos y dimensiones, estaban diseñadas para complementar tanto las versiones más básicas como las deportivas, ofreciendo una variedad de opciones que incluían diseños elegantes y de rendimiento. El calzado de un coche es crucial para su rendimiento y manejo, y en este aspecto, el Lancer no decepcionaba, equilibrando estilo y funcionalidad.
El Mitsubishi Lancer de 1979 exhibía un interior sencillo pero funcional, acorde con su época. Los asientos estaban diseñados buscando un equilibrio entre confort y soporte, especialmente para el conductor y el pasajero delantero. La tapicería, típicamente de tela resistente, ofrecía durabilidad y una estética acorde con los estándares de los años 70. En aquella época, los ajustes manuales eran la norma, y el Lancer no era la excepción, proporcionando una capacidad limitada para personalizar la posición de conducción. A pesar de su simplicidad, el habitáculo era acogedor y práctico para el uso diario.
La seguridad del Mitsubishi Lancer de 1979 era básica comparada con los estándares actuales. Equipado con cinturones de seguridad delanteros, el Lancer reflejaba la tecnología de la época. Estructuras de absorción de impacto y un diseño que tenía en cuenta la seguridad pasiva era parte de su construcción, aunque sus características de seguridad estaban lejos de contar con los avanzados sistemas que ofrecen los vehículos modernos.
Para aquellos tiempos, las opciones de conectividad y audio en el Mitsubishi Lancer eran limitadas. Los radios AM/FM con capacidad para cintas casete eran el centro de entretenimiento del vehículo, ofreciendo a los pasajeros distracción durante sus viajes, aunque ciertamente distaba mucho de las tecnologías actuales.
En la línea de opcionales exteriores, el Mitsubishi Lancer de 1979 ofrecía ciertas características que permitían una personalización limitada del vehículo. Aunque no tan extensa como en modelos actuales, existía la posibilidad de elegir entre diferentes colores de carrocería o agregar adornos y vinilos que daban un toque distintivo al coche. Accesorios como las llantas de aleación o los faros antiniebla también podían solicitarse para mejorar tanto la estética como la funcionalidad.
Dentro del habitáculo, los opcionales interiores se centraban en aumentar la comodidad y el placer de la conducción. Era posible encontrar mejoras como volantes deportivos o asientos con un nivel de ajuste superior, así como tapicerías de diferentes diseños o materiales más refinados, aunque siempre dentro de un rango limitado en comparación con lo que se ofrece en la actualidad.
Los paquetes opcionales en el Mitsubishi Lancer de 1979 no eran tan comunes como en los modelos actuales, pero algunos distribuidores ofrecían paquetes de mejora que incluían varias opciones de confort y estética en un único pedido, lo que simplificaba el proceso de personalización para los compradores interesados en adaptar el vehículo a sus preferencias.
El Mitsubishi Lancer de 1979, aunque modesto en opciones comparado con los vehículos contemporáneos, ofrecía una selección de opcionales que incluían desde detalles estéticos hasta mejoras funcionales. Se podía optar por añadir aire acondicionado, un lujo no muy común en esa época, o elevar la experiencia de conducción con una transmisión más sofisticada. Amantes de la música podían pedir un sistema de sonido de mayor calidad, mientras que aquellos enfocados en la estética podían seleccionar asientos con un tapizado premium. En términos de seguridad, los opcionales eran escasos, centrados principalmente en mejorar la visibilidad con aditamentos como espejos retrovisores de mayor tamaño o luces adicionales.
Calcular el seguro para un vehículo como el Mitsubishi Lancer de 1979 implica considerar factores como su antigüedad, valor de coleccionista y disponibilidad de repuestos. Es esencial que las compañías de seguro realicen una evaluación técnica precisa para establecer la prima adecuada. Factores como el estado del vehículo, su uso y el perfil del conductor son igual de importantes. Dada su condición de clásico, el seguro podría catalogarse como tal, acarreando ventajas en caso de que el vehículo se mantenga en buenas condiciones y tenga un uso limitado.
Entre los modelos de la época similares al Mitsubishi Lancer se encuentran el Toyota Corolla, el Honda Civic y el Nissan Sentra. Estos vehículos competían en el segmento de coches compactos, ofreciendo prestaciones y estilos que reflejaban las tendencias y demandas de aquellos años. Cada uno con su propia identidad, permitían a los consumidores elegir en base a preferencias estéticas y de desempeño.
El Mitsubishi Lancer de 1979 ofrecía una gama de motores de gasolina con cilindradas que variaban aproximadamente desde los 1.2 a los 1.6 litros, proporcionando un rango de potencia que podía ir desde los 70 hasta más de 100 CV, dependiendo de la versión y el mercado.
El Mitsubishi Lancer de 1979 estaba disponible en varias carrocerías, incluyendo sedán, coupé y estación wagon, lo que ofrecía a los compradores una amplia gama de opciones según sus necesidades y preferencias.
El Mitsubishi Lancer de 1979 venía equipado con opciones de transmisión manual de cuatro o cinco velocidades, y en algunos mercados, se ofrecía una transmisión automática de tres velocidades.
La velocidad máxima del Mitsubishi Lancer de 1979 podía variar según la configuración del motor y la transmisión, pero generalmente se situaba en un rango de 160 a 180 km/h.
El modelo contaba con una suspensión delantera tipo McPherson y una suspensión trasera de eje rígido con muelles, configuraciones comunes para los coches de su época que proporcionaban un equilibrio entre confort y manejo.
El equipamiento del Mitsubishi Lancer de 1979 variaba según el modelo y el mercado, pero típicamente incluía elementos básicos de confort y seguridad de la época, como aire acondicionado y sistema de audio en las versiones más equipadas.
El Mitsubishi Lancer de 1979 ofrecía un habitáculo diseñado para cinco pasajeros, con un maletero de capacidad razonable para su clase. Las versiones estación wagon ofrecían mayor capacidad de carga gracias a su diseño enfocado en la practicidad.