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El Mercury Tracer de 1988 es un viaje al pasado de los sedanes compactos. Versátil y práctico, este coche ofrecía una buena relación calidad-precio para los estándares de la época. Con un diseño sencillo pero funcional, era una opción a considerar para quien buscaba:
¡Una joya para aquellos nostálgicos de los 80!
El Mercury Tracer de 1988 se ofreció en una de carrocerías adaptadas a las necesidades del mercado. Las diferencias principales radicaban en el diseño y el espacio interior, optimizado en cada versión para responder a distintos tipos de usuarios. Se destacaban las siguientes variantes:
Estas opciones ampliaban su atractivo entre un público diverso.
El año 1988 marcó el del Mercury Tracer en el mercado norteamericano. Este modelo se situó como una alternativa económica y funcional, en una época en la que la eficiencia comenzaba a tener una mayor relevancia para los consumidores.
En cuanto a , el Tracer se ofrecía en varias motorizaciones y paquetes de equipamiento. Opciones para todos los gustos en un coche que buscaba conquistar la ciudad.
Algunas de las incluían un motor de cuatro cilindros, transmisión manual o automática y un diseño interior espartano pero cómodo. El equipamiento de serie hacía del Tracer una opción sólida para el día a día.
Comodidad9,1
Seguridad9,2
Calidad/Precio9,3
Diseño8,7
Si bien el precio siempre ha sido una variable importante a la hora de comprar un coche, el Mercury Tracer de 1988 se destacaba por ofrecer un equilibrio costo-beneficio envidiable. Entre los principales factores que influían en el precio final, se encontraban:
Los precios podían variar significativamente en función de estos factores, proporcionando un abanico de opciones para distintos presupuestos.
Las del Mercury Tracer disponían de toda la información necesaria para conocer en detalle sus especificaciones. Desde las medidas exactas hasta los acabados disponibles, todo estaba documentado meticulosamente.
Los colores disponibles para el Mercury Tracer de 1988 abarcaban una paleta que iba desde los tonos sólidos y tradicionales hasta aquellos más vivos y atrevidos, permitiendo cierta personalización para los gustos de la época.
Las llantas del Mercury Tracer no solo cumplían una función estética, sino que también eran un componente clave en la seguridad y el rendimiento del vehículo. Disponibles en diferentes estilos y tamaños, las llantas estaban diseñadas para complementar el rendimiento del coche y mejorar la experiencia de conducción.
El interior del Mercury Tracer de 1988 ha sido diseñado pensando en la comodidad y la estética. Los asientos, ergonómicamente conformados, se presentan con tapicerías de calidad que proporcionan una sensación de confort y lujo asequible. Tanto el conductor como los acompañantes disfrutarán de la suavidad y el acabado premium de los materiales, asegurando un ambiente placentero incluso en los viajes más largos. Subrayando su compromiso con la distinción, cada detalle ha sido cuidadosamente seleccionado para crear un espacio acogedor y sofisticado.
La seguridad es una prioridad en el Mercury Tracer. Equipado con características estándar que incluyen robustos sistemas de frenos y cinturones de seguridad eficaces, el vehículo está diseñado para proteger a sus ocupantes.
La experiencia de audio en el Mercury Tracer está garantizada con un sistema de sonido que permite disfrutar de la música con claridad y la posibilidad de conectar dispositivos externos.
Para quienes buscan personalizar su Mercury Tracer, existen varias opciones exteriores disponibles. Se incluyen llantas de aleación de diseño exclusivo, faros antiniebla para una mejor visibilidad y techo solar eléctrico para disfrutar de la luz natural y el aire fresco.
Al considerar los opcionales interiores, los clientes pueden optar por añadir un toque de lujo con el control de clima automático, espejos laterales eléctricos y asientos delanteros con ajuste eléctrico para maximizar la comodidad.
Hay disponibles paquetes de equipamiento que combinan funcionalidad y estilo, como el paquete deportivo con detalles exteriores distintivos y el paquete de lujo que eleva la experiencia interior con características exclusivas adicionales.
Además de los opcionales individuales, los clientes pueden elegir mejorar su Mercury Tracer con una variedad de funciones adicionales. Desde sistemas de audio premium y acabados interiores mejorados hasta modernizaciones tecnológicas que incluyen navegación avanzada y sistemas de asistencia al conductor, los opcionales están diseñados para satisfacer las necesidades individuales de cada conductor y mejorar la experiencia de conducción en general.
Para calcular el seguro del Mercury Tracer de 1988, es importante considerar variables como la cobertura deseada, el historial de conducción del asegurado y la ubicación geográfica. Profesionales especializados pueden proporcionar cotizaciones precisas y adaptadas a cada cliente.
Entre los modelos que compiten con el Mercury Tracer de 1988 se destacan el Ford Escort, Chevrolet Cavalier y Honda Civic, todos ofreciendo características similares en términos de tamaño y rendimiento para el segmento de sedanes compactos y accesibles.
El Mercury Tracer de 1988 ofrecía motorizaciones que iban desde los 1.6 hasta los 1.9 litros de cilindrada, con potencias que oscilaban entre los 70 y 90 CV aproximadamente.
El Tracer venía equipado con transmisiones manuales de 5 velocidades o automáticas de 3 velocidades, dependiendo de la variante y las preferencias del comprador.
El Mercury Tracer (1988) generalmente ofrece capacidad para acomodar hasta 5 pasajeros, incluyendo al conductor.
La velocidad máxima del Mercury Tracer (1988) puede variar según el motor y la transmisión, pero generalmente se sitúa en un rango de alrededor de 160 a 180 km/h.
En términos de seguridad, el Mercury Tracer de 1988 venía con características estándar para la época como cinturones de seguridad delanteros, mientras que las características como el ABS eran menos comunes y no siempre estaban disponibles.
El Mercury Tracer se ofrecía en variantes de carrocería hatchback de tres o cinco puertas y, en algunos mercados, como sedán de cuatro puertas.
El consumo de combustible del Mercury Tracer (1988) varía según la motorización y el tipo de transmisión, pero se podría esperar un rango de consumo combinado aproximado de 6 a 9 litros por cada 100 km.