¡El CEO está de vacaciones! Hemos decidido REGALARTE 250€ si firmas con nosotros ANTES DE FIN DE AÑO (o cuando vuelva)
Si buscas un coche con un toque de nostalgia y funcionalidad, el Mercury Tracer es tu colega de cuatro ruedas. Con un diseño que grita los 80 y 90, este compacto ha sido la elección para aquellos que quieren fiabilidad sin desfalcar su cartera. Entre sus detalles peculiares, destacan su conducción suave y un interior que, aunque no es lujoso, resulta bastante cómodo. Es un coche que, sin duda, marcó su época.
El Tracer jugueteó con distintas siluetas: desde el práctico sedán hasta el versátil hatchback y la familiar. Cada uno con su encanto, adaptándose a diferentes estilos de vida y necesidades. ¡Un verdadero camaleón del asfalto!
A lo largo de su historia, el Mercury Tracer ha tenido varias etapas, desde su nacimiento en los 80 hasta su despedida en los 90. Cada año trajo consigo pequeñas mejoras y ajustes, buscando siempre mantenerse actualizado con las demandas de su público. ¿El resultado? Un coche que, aunque no reinventaba la rueda, sí sabía cómo pulirla.
El Mercury Tracer se ha presentado en diferentes trajes a lo largo de los años. Descúbrelos todos:
Año | Modelo | Características |
---|---|---|
1987-1989 | Primera generación | El comienzo de todo, con un estilo muy de su época. |
1991-1996 | Segunda generación | Una revisión con más opciones y mejor económico de combustible. |
1997-1999 | Tercera generación | El adiós con una puesta al día en seguridad y confort. |
El Mercury Tracer, sin ser el más rápido del barrio, ofrecía rendimiento decente y un manejo fiable. Su interior, aunque sencillo, contaba con lo necesario para hacer tu viaje agradable. Además, tenía un maletero que sorprendía por su capacidad, haciendo las mudanzas un poco menos dolorosas.
Comodidad9,0
Seguridad9,2
Calidad/Precio9,3
Diseño8,9
Dicen que la calidad no tiene precio, pero en el caso del Mercury Tracer, su etiqueta era bastante accesible. Un coche que demostraba que no hace falta romper la hucha para tener un medio de transporte competente y duradero.
Profundiza en los detalles con las fichas técnicas y descubre los acabados y medidas que hicieron del Tracer un coche tan práctico y manejable.
El Tracer no era el rey de la pasarela, pero tenía su encanto en tonos como el clásico gris metálico, el intrépido rojo fuego o el sutil azul marino. Colores que, sin duda, aguantaban dignamente el paso del tiempo.
Las llantas del Mercury Tracer eran más bien funcionales que glamurosas, pero cumplían con su cometido. Disponibles en diferentes tamaños y estilos, estas llantas soportaban kilómetros y kilómetros de carretera, manteniendo al Tracer siempre en movimiento. Ya fueran de acero con tapacubos o las más deseables de aleación, su durabilidad era un punto fuerte a destacar.
El interior del Mercury Tracer estaba diseñado para proporcionar un ambiente acogedor y práctico. Los asientos ofrecían un soporte adecuado y contaban con tapicería que resistía el desgaste diario con dignidad. La elección de materiales reflejaba el enfoque práctico del Tracer, con telas duraderas y, en las versiones más equipadas, la posibilidad de contar con revestimientos en piel sintética que aportaban un toque de elegancia. Los detalles estaban bien pensados, con ajustes manuales que permitían a los ocupantes encontrar su posición ideal de conducción o descanso. A pesar de su enfoque en la eficiencia, el Tracer no descuidaba el confort, integrando detalles como reposabrazos y bolsillos en las puertas para un almacenamiento funcional.
A lo largo de su producción, el Mercury Tracer incorporó características de seguridad que evolucionaban con el tiempo. Los modelos más recientes contaban con sistemas de airbags frontales, frenos ABS y cinturones de seguridad ajustables en altura. No obstante, siendo un vehículo de su época, el enfoque en la seguridad no era tan avanzado como en los modelos actuales, pero ofrecía la protección básica necesaria para la conducción diaria.
En la era del Mercury Tracer, la conectividad no era tan avanzada como en la actualidad. Sin embargo, los modelos de finales de los 90 ofrecían radios AM/FM con opción de casete o incluso CD en algunas versiones, permitiendo a los usuarios disfrutar de una experiencia auditiva aceptable para la época.
El Tracer disponía de opcionales exteriores que incluían llantas de aleación, techo solar y diferentes paquetes de acabado que permitían al propietario personalizar el aspecto del vehículo. También se podían seleccionar diversos colores de pintura y detalles como espejos con ajuste eléctrico, añadiendo así un plus de comodidad y estilo.
Entre los opcionales interiores, destacaba la posibilidad de sumar un control de crucero para viajes más relajados, y en algunos modelos, la inclusión de un aire acondicionado para mejorar el confort en condiciones climáticas adversas. Además, el Tracer ofrecía diferentes estilos de tapicería y detalles como inserciones en madera o metal para realzar el ambiente interior.
La marca ofrecía varios paquetes de equipamiento para el Tracer, enfocados en aumentar tanto la comodidad como la estética del vehículo. Paquetes deportivos, de lujo o de invierno estaban entre las opciones que podían adaptar el coche a las necesidades específicas y gustos de cada cliente.
El Mercury Tracer también podía ser equipado con una serie de opcionales enfocados en la funcionalidad, como sistemas de alarma, elevalunas eléctricos y cierre centralizado con mando a distancia. En términos de entretenimiento, se podían instalar sistemas de sonido mejorados y, en algunos casos, controles de audio en el volante. Con estos opcionales, Mercury buscaba proporcionar a los propietarios una experiencia más placentera y personalizada a la hora de conducir o viajar en su Tracer.
¿Pensando en comprar un Mercury Tracer de segunda mano y quieres saber cuánto te costará el seguro? ¡Fácil! Utiliza esta
y en unos minutos tendrás una idea aproximada. Solo introduce el modelo, año y algunos datos personales. No te preocupes, ¡es más rápido que decir “Mercury Tracer”! Y si tienes dudas, recuerda que comparar te puede ahorrar unos buenos euros.
El Mercury Tracer ofrece una potencia que varía desde los 70 CV en los modelos más básicos hasta los 130 CV en sus variantes más deportivas y potentes.
La cilindrada de los motores del Mercury Tracer oscila entre 1.6 litros en las versiones más modestas y 2.0 litros en las más avanzadas y potentes.
El Mercury Tracer dispone de 5 plazas, proporcionando un espacio cómodo para el conductor y los pasajeros.
La velocidad máxima de un Mercury Tracer puede variar según el modelo y la motorización, pero generalmente se encuentra en un rango aproximado de 160 km/h a 190 km/h.
El Mercury Tracer se equipó con transmisiones manuales de 5 velocidades o automáticas de 4 velocidades, dependiendo del año de fabricación y del modelo específico.
Sí, el Mercury Tracer LTS (Luxury Touring Sedan) es la versión más deportiva, ofreciendo un mayor rendimiento y características mejoradas en comparación con los modelos base.
El Mercury Tracer utiliza gasolina sin plomo y su consumo puede variar, pero en general se encuentra en un rango aproximado de 6 a 9 litros cada 100 km, en función del modelo y las condiciones de manejo.