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El Mazda RX-7 de 1999 es una leyenda entre los deportivos japoneses, destacándose por su motor rotativo único y su comportamiento en carretera. Su diseño atemporal y su configuración de tracción trasera continúan cautivando a los entusiastas del automovilismo. |
El Mazda RX-7 era el juguete que todo petrolhead deseaba en su garaje. Con ese aspecto de coupé bajito y ancho, parecía pegarse al asfalto. Como si lo de ser un mazdita rotativo no fuera ya lo suficientemente cool, también podías escoger entre varias versiones con distintas chucherías y niveles de equipamiento.
El año 1999 marcó el fin de una era para el RX-7, pero también representó el refinamiento de una filosofía de diseño y mecánica que había comenzado décadas atrás. Fue un adiós con estilo.
El Mazda RX-7 del 99′ brilló en tres sabores principales:
Cada uno ofrecía un equilibrio entre prestaciones y confort, pero siempre con el rotativo como corazón indomable.
El Mazda RX-7 de 1999 se presentaba con un chasis afinado, un interior pensado para el conductor y una ingeniería mecánica enfocada en el rendimiento y la fiabilidad del motor Wankel. |
Comodidad9,4
Seguridad9,2
Calidad/Precio9,1
Diseño9,1
En su tiempo, el Mazda RX-7 de 1999 se posicionaba como una opción atractiva para los entusiastas que buscan un deportivo de alto rendimiento con un precio competitivo frente a sus rivales europeos.
El Mazda RX-7 ofrecía una ficha técnica impresionante, acabados de calidad y dimensiones equilibradas para un manejo deportivo y ágil.
El RX-7 de 1999 lucía una gama de colores vibrantes que acentuaban sus curvas deportivas, con pinturas que iban desde el clásico Rojo Vintage hasta el elegante Azul Inocente, pasando por el impactante Negro Brillante.
Las llantas del Mazda RX-7 de 1999 eran parte integral de su carácter deportivo. Montaba unas llantas de aleación ligera, disponibles en varios tamaños y diseños, que no solo reducían el peso no suspendido sino que también aumentaban el atractivo estético. Cada juego de llantas se complementaba con neumáticos meticulosamente seleccionados para ofrecer la mejor adhesión en cualquier condición. Sin duda, eran el broche final para un vehículo con una puesta a punto tan exquisita.
El Mazda RX-7 de 1999 brilla por un habitáculo diseñado para el piloto con aspiraciones deportivas. Los asientos tipo bucket ofrecen un soporte lateral excepcional, ideales para abrazar el cuerpo en maniobras a alta velocidad. La tapicería en cuero, disponible en ciertas versiones, añade un toque de sofisticación y confort. Se destaca la posición de conducción baja y centrada, que potencia la experiencia de manejo. La ergonomía se ve realzada por volantes y pomos de cambio forrados en piel, que junto con los paneles de puerta a juego, crean una atmósfera premium. No menos importante es la inclusión de detalles distintivos como insignias o bordados que hacen honor a la saga RX-7.
El Mazda RX-7 fue concebido con características de seguridad avanzadas para su época. Incorporó airbags para el conductor y acompañante, así como un sistema antibloqueo de frenos (ABS) que mejora el control durante situaciones críticas. Su chasis fue diseñado para ofrecer una óptima protección en caso de impacto.
El sistema de audio del Mazda RX-7 de 1999 cuenta con una configuración que incluía radio AM/FM y reproducción de discos compactos, elementos de alta fidelidad para su tiempo. Aunque modesto en conectividad moderna, la experiencia sonora es fiel a la época y se centra en la pureza de la conducción. Los comandos ergonómicamente distribuidos permiten un manejo intuitivo sin distraer de la carretera.
Entre los opcionales exteriores se podía seleccionar un spoiler trasero de mayores dimensiones, mejora que no solo realzaba la estética sino también la aerodinámica.
Los opcionales interiores incluían mejoras como el sistema de climatización automática y de inserciones en aluminio o fibra de carbono en el salpicadero y consola central.
Los compradores podían personalizar su RX-7 con paquetes como el “Spirit R”, que ofrecía mejoras en la suspensión, frenos y asientos deportivos Recaro, convirtiendo al vehículo en una máquina más enfocada en el rendimiento.
El Mazda RX-7 (1999) permitía una personalización profunda, evidenciada en una gama de opcionales que mejoraban tanto rendimiento como comodidad. Entre estos se destacan el sistema de navegación, que si bien era básico para los estándares actuales, constituía un avance tecnológico notable. Los entusiastas podían escoger entre diversos tipos de llantas de aleación ligera y neumáticos de alto rendimiento. Incluso había opciones de personalización de la suspensión, adaptándola a un uso más deportivo o confortable. Mazda ofrecía también packs de mejoras estéticas, permitiendo a los propietarios un grado de individualización poco común para la época.
Para calcular un seguro adecuado para el Mazda RX-7 de 1999, es fundamental considerar las características únicas de este vehículo deportivo, como su motor rotativo y su configuración centrada en el rendimiento. Las aseguradoras pueden valorar estos aspectos junto con el perfil de conducción del propietario y el historial del vehículo. Detalles como la inclusión de sistemas de seguridad originales y posibles modificaciones también influirán en la prima final. Un seguro a medida asegurará protección y tranquilidad al volante de este clásico moderno.
La potencia del motor del Mazda RX-7 de 1999 varía entre aproximadamente 255 y 280 CV, dependiendo de la versión y las especificaciones del modelo.
El Mazda RX-7 de 1999 está equipado con un motor rotativo Wankel bi-turbo de 1.3 litros.
El Mazda RX-7 de 1999 es un coche deportivo con capacidad para 2 pasajeros.
La velocidad máxima del Mazda RX-7 de 1999 puede alcanzar entre 240 y 250 km/h, dependiendo de la versión específica del modelo.
El Mazda RX-7 de 1999 ofrece transmisión manual de 5 velocidades o automática de 4 velocidades, en función de la variante del modelo.
El Mazda RX-7 de 1999, siendo un coche deportivo con un motor rotativo, no es especialmente conocido por su eficiencia en el consumo, en comparación con otros coches de su época.
Sí, existen diferentes variantes del Mazda RX-7 de 1999 como el modelo base, la versión RZ, la versión Touring y la Spirit R, entre otras. Las diferencias principales suelen estar en el equipamiento de confort, mejoras en el sistema de suspensión, diferencias estéticas y mejoras de rendimiento.