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El Mazda Capella de 1988 representa una época en que la marca japonesa buscaba consolidar su reputación de fiabilidad y estilo. Este vehículo, conocido globalmente como el Mazda 626, se destacaba por su equilibrio perfecto entre prestaciones y confort. Con un diseño que resistía bien el paso del tiempo, el Capella ofrecía una experiencia de conducción suave, respaldada por la ingeniería meticulosa que caracteriza a Mazda. Los aficionados de la marca todavía recuerdan este modelo por su destacada eficiencia de combustible y su confort de marcha, atributos que lo hacían diferenciarse en su segmento.
El Mazda Capella de 1988 se ofrecía en distintas variantes de carrocería que atendían a las diferentes necesidades de sus usuarios. Entre ellas se encontraban la versión sedán de cuatro puertas, el coupé de dos puertas y la más versátil variante wagon. Cada una ofrecía diferentes configuraciones de equipamiento y motorización.
El modelo de 1988 corresponde a la cuarta generación del Capella, que se introdujo por primera vez en 1982 y se mantuvo en producción hasta 1987.
Las versiones del Mazda Capella ofrecían una selección que iba desde la base hasta las más completas y equipadas.
Desde su motorización hasta su diseño interior, el Mazda Capella de 1988 estaba pensado para ser un vehículo competente y confortable. Las versiones podían incluir motores de gasolina de 4 cilindros en línea, con variantes de 8 o 12 válvulas, y en algunos mercados se ofrecía una versión con motor diésel.
Comodidad9,2
Seguridad9,3
Calidad/Precio9,0
Diseño9,1
Los precios del Mazda Capella de 1988 eran competitivos, posicionándolo como una opción atractiva en su segmento.
Las fichas técnicas del Mazda Capella de 1988 revelan un vehículo con acabados de calidad y medidas proporcionales, contribuyendo a su aspecto robusto y su funcionalidad.
El Capella se ofrecía en una amplia gama de pinturas y colores, que incluían tonalidades clásicas y atemporales, así como otras más vivas y expresivas.
Las llantas del Mazda Capella eran un detalle enfocado tanto en la estética como en la funcionalidad, ofreciendo distintos diseños y tamaños que se adecuaban a las necesidades específicas de cada versión y contribuían a la experiencia de conducción global del vehículo.
En el corazón del Mazda Capella de 1988, encontramos asientos diseñados para el confort y la funcionalidad. La tapicería, que podía ser de tela o de una opción más premium como el cuero en los modelos más equipados, ofrecía una experiencia de viaje agradable y una durabilidad conforme al uso diario. La ergonomía de los asientos delanteros brindaba soporte lumbar, y el espacio del habitáculo estaba optimizado para garantizar el confort de todos los pasajeros.
La seguridad en el Mazda Capella de 1988 incorporaba avances para la época, como cinturones de seguridad inerciales y una construcción con zonas de deformación programada. A pesar de la falta de airbags, que aún no eran estándar, su diseño contemplaba la integridad de los ocupantes.
A pesar de que la conectividad moderna no era una característica de los vehículos de 1988, el Mazda Capella ofrecía un sistema de audio que era avanzado para su tiempo, con radio AM/FM y casetera. El manejo intuitivo de los controles facilitaba la experiencia del usuario mientras conducía. Algunos modelos incluso podían contar con un ecualizador gráfico y altavoces de mejor calidad, elevando la experiencia auditiva a bordo. Si bien los sistemas de navegación y pantallas táctiles eran ciencia ficción para la época, el Capella se destacaba por ofrecer una experiencia de entretenimiento y conectividad acorde a su segmento.
Además de las características estándar, los compradores del Mazda Capella podían personalizar su coche con opcionales exteriores, como diferentes estilos de rines de aleación, spoilers traseros y opciones de pintura metalizada que aumentaban su atractivo y su valor en el mercado.
En términos de opcionales interiores, el Mazda Capella presentaba diversos extras como aire acondicionado, elevalunas eléctricos y un techo solar. Estas comodidades proporcionaban un mayor nivel de personalización y confort dentro del habitáculo.
Los paquetes opcionales del Mazda Capella incluían conjuntos de características de conveniencia y estilo, como el paquete deportivo o el de lujo, que permitían al usuario adaptar el vehículo a su gusto y necesidades específicas.
Las posibilidades de personalización del Mazda Capella se extendían más allá de lo estético. Entre los opcionales, se encontraban mejoras en el sistema de suspensión, frenos más potentes y opciones de motorización que mejoraban el rendimiento. Adicionalmente, podía incorporarse un sistema de alarma antirrobo y distintos accesorios de conveniencia, como portavasos o sistemas de almacenamiento mejorado, que hacían de cada Capella una versión única. La rica paleta de opcionales reflejaba el deseo de Mazda de ofrecer un automóvil que se ajustara al estilo de vida de cada cliente.
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El Mazda Capella 1988 se ofrecía con una variedad de motores, entre ellos los de gasolina con cilindradas desde 1.6 hasta 2.2 litros, que entregaban potencias que iban aproximadamente de los 80 a los 140 CV.
La velocidad máxima del Mazda Capella 1988 podía variar según el tipo de motor y configuración, pero generalmente se situaba en un rango de entre 180 y 200 km/h.
El Mazda Capella 1988 tiene un diseño interior que habitualmente ofrece alojamiento para cinco pasajeros incluyendo el conductor, con dos asientos delanteros y una banqueta trasera con espacio para tres ocupantes.
El Mazda Capella 1988 se podía adquirir con diferentes tipos de transmisiones, incluyendo opciones manuales de 5 velocidades y automáticas de 3 o 4 velocidades, dependiendo de la versión y el mercado.
Sí, el Mazda Capella 1988 se ofrecía en distintas variantes de carrocería, como la sedán de cuatro puertas, la coupé de dos puertas y la versión station wagon, también conocida como familiar.
El Mazda Capella 1988 incorporaba sistemas de seguridad básicos para la época, como cinturones de seguridad y barras de protección en las puertas. Sistemas más avanzados como airbags y frenos ABS no estaban comúnmente disponibles.
Aunque las opciones de personalización eran limitadas en comparación con estándares modernos, los propietarios del Mazda Capella 1988 podían elegir entre varios niveles de acabado, colores de carrocería y algunos accesorios opcionales como llantas de aleación y sistemas de audio mejorados.