Con el fin de ayudar al pueblo valenciano, donaremos 150€ a Cáritas por cada renting contratado por alguien nacido o residente en Valencia/Albacete o afectado por la DANA.
El Mazda 323 de 1994 destacó por su fiabilidad y eficiencia. Disponía de una gama de motores de gasolina, desde un modesto 1.3 litros hasta un más potente 1.8, e incluso una opción diésel. Su diseño, aunque no revolucionario, se mantenía actual, ofreciendo un equilibrio entre comodidad y prestaciones. La suspensión estaba bien afinada para ofrecer un manejo seguro y un viaje confortable, algo que sus usuarios apreciaban mucho en la conducción diaria.
Aquella época de los 90, ¿recuerdas? El Mazda 323 venía en hatchback molón, sedán formalón y incluso un “familiare” para viajes y demás. ¿Qué los hacía especiales? Bueno, cada uno tenía su rollo: espacio, estilo o practicidad.
En 1994, el Mazda 323 ya tenía un buen trecho recorrido. Desde su nacimiento en los años 60, este coche había sido testigo de constantes evoluciones. El ’94 marcaba la entrada del modelo en su séptima generación, manteniendo su fama de coche versátil y accesible. Los cambios estéticos y técnicos seguían la tendencia de la época, enfocándose en mejorar la comodidad y la eficiencia sin descuidar la practicidad que siempre le había caracterizado.
Cuando hablamos de versiones, el Mazda 323 no se queda corto. Tenemos:
El Mazda 323 ’94 destacaba por su manejo equilibrado y una buena dosis de confort. Incluía:
– Dirección asistida
– Suspensión que absorbía bien las irregularidades
– Frenos competentes para su segmento
– Un interior bien pensado con espacio suficiente para su tamaño
– Cajuela razonable que aumentaba su funcionalidad en el día a día
Comodidad9,1
Seguridad9,1
Calidad/Precio9,0
Diseño9,2
En relación calidad-precio, el Mazda 323 de 1994 presentaba una propuesta competitiva. Sus costes eran acordes al segmento de mercado, ofreciendo una buena relación coste/beneficio, con precios que empezaban en la franja media-baja asequible para un amplio rango de consumidores.
Cada versión venía con su propia ficha técnica, que detallaba motores, dimensiones y acabados. El compacto de Mazda ofrecía una buena elección de opciones para satisfacer distintas necesidades y presupuestos, desde el básico hasta el más completo, manteniendo siempre un estándar de calidad bastante solido.
En 1994, podías elegir tu Mazda 323 en una variedad de colores que iban desde tonos sobrios hasta opciones más atrevidas. Rojos brillantes, azules profundos o el clásico negro le daban al coche personalidad y permitían que los conductores escogieran aquel que mejor reflejara su estilo.
Las llantas del Mazda 323 ’94 eran otro de sus aspectos destacables. Dependiendo del modelo y versión, se podía optar por llantas de acero con tapacubos o de aleación con diseños más deportivos. Además, las opciones de tamaño variaban, afectando no solo la estética sino también el comportamiento en carretera, con un equilibrio entre rendimiento y comodidad en la conducción. La selección de las llantas adecuadas era clave para mejorar el aspecto general del vehículo y su desempeño.
El Mazda 323 de 1994 ofrece un habitable interior, destacando por su confort y durabilidad. Los asientos están diseñados para proporcionar una sensación de apoyo y comodidad, incluso durante los viajes más largos. La tapicería, de materiales seleccionados, garantiza una experiencia placentera al tacto y a la vista, cumpliendo con las expectativas de calidad y estilo.
La seguridad en el Mazda 323 de 1994 se toma con seriedad. Equipando características como frenos ABS, barras de protección lateral y cinturones de seguridad ajustables, este coche busca proporcionar tranquilidad en cada viaje. La rigurosa selección de sistemas de seguridad refleja el compromiso de Mazda con el bienestar de sus pasajeros.
Disfrutar de música o radio mientras se conduce es parte del encanto del Mazda 323. Aunque el equipamiento de serie es básico, ofrece la posibilidad de instalar un sistema de audio a medida para quienes no quieren renunciar a una buena banda sonora en su día a día.
El Mazda 323 puede personalizarse aún más gracias a los paquetes disponibles. Desde ampliaciones en confort y diseño interior hasta mejoras funcionales en rendimiento y seguridad. Cada paquete ha sido cuidadosamente estructurado para responder a las distintas necesidades y gustos de los clientes, asegurando que cada Mazda 323 sea tan único como su conductor.
La gama de opcionales continúa con accesorios que enriquecen la experiencia de conducción, como sistemas de sonido avanzados, dispositivos de navegación y accesorios prácticos para el día a día. Existen también elementos de protección como cubre maleteros y redes de carga que incrementan la funcionalidad sin sacrificar el estilo.
Determinar el seguro para un Mazda 323 de 1994 exige atender a detalles técnicos como su antigüedad, kilometraje, historial mecánico y posibles modificaciones. Estos factores incidirán en la prima final, adaptándose al perfil del propietario y al uso del vehículo.
El Mazda 323 de 1994 ofrecía una gama de motores de gasolina con cilindradas que iban desde los 1.3 litros hasta los 1.8 litros, con potencias que oscilaban entre los 73 y los 128 CV (caballos de vapor). También había versiones diésel con motores de 1.7 litros.
El Mazda 323 de 1994 venía equipado con transmisiones manuales de 5 velocidades o automáticas de 4 velocidades, dependiendo de la variante y el mercado.
El Mazda 323 de 1994 tiene capacidad para acomodar a 5 pasajeros, incluyendo al conductor.
La velocidad máxima del Mazda 323 de 1994 puede variar según el tipo de motor y la configuración, pero generalmente oscila entre 170 km/h y 200 km/h.
El Mazda 323 de 1994 estaba disponible en varias carrocerías, incluyendo sedán, hatchback y coupé, adaptándose así a diferentes necesidades y preferencias de los consumidores.
El Mazda 323 de 1994 incluía sistemas de seguridad básicos para la época, como cinturones de seguridad y barras de protección en las puertas, aunque los detalles específicos podían variar según el modelo y el mercado.
El consumo de combustible del Mazda 323 de 1994 varía según el motor y la transmisión, con un rango aproximado entre 6 y 9 litros por cada 100 kilómetros en un ciclo combinado de conducción.