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El Mazda 323 del año 1985 emergió como un competidor destacado en el mercado de compactos, ofreciendo una combinación de fiabilidad mecánica, eficiencia de combustible y un diseño práctico. Enfocado en la funcionalidad, este vehículo presentaba un motor delantero transversal y tracción delantera, con opciones de motores que variaban desde económicos propulsores de cuatro cilindros hasta versiones más potentes con tecnología de inyección de combustible.
¡Este Mazda tenía para elegir! Desde el clásico sedán hasta el práctico hatchback, pasando por un deportivo cupé. Había un 323 para cada gusto. Y no eran solo las carrocerías: con diferentes niveles de equipamiento y motorizaciones, este mazdita se adaptaba a tus necesidades y a tu bolsillo.
1985 fue un año icónico para el Mazda 323, con la introducción de la tercera generación. Este modelo continuó la herencia de Mazda de vehículos asequibles y fiables, adaptándose sin esfuerzo a las necesidades de conducción urbana y más allá. Su diseño y tecnología avanzaban al compás de una década vibrante.
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El Mazda 323 de 1985 se destacaba por:
El equipamiento de serie incluía lo esencial para disfrutar de la conducción diaria.
Comodidad9,3
Seguridad9,0
Calidad/Precio9,2
Diseño9,4
Los precios del Mazda 323 de 1985 reflejaban un automóvil accesible, dirigido a compradores que buscaban calidad y funcionalidad sin desembolsar una fortuna. La estructura de precios variaba en función de la versión y el equipamiento seleccionado, ofreciendo un rango que permitía ajustarse a diferentes presupuestos. Aunque el precio base era competitivo, la adición de extras como aire acondicionado, mejores acabados interiores y sistemas de audio podía incrementar notablemente el coste. Sin embargo, el 323 representaba una inversión prudente gracias a su durabilidad y costes de mantenimiento razonables.
En las fichas técnicas del Mazda 323 de 1985 se ofrecía información exhaustiva sobre motores, consumos, dimensiones y rendimiento. Se detallaban las especificaciones de cada variante, incluyendo acabados exteriores e interiores que podían personalizarse según las preferencias de cada cliente. El compacto destacaba por su practicidad y maniobrabilidad, con medidas que facilitaban el aparcamiento en la ciudad.
La paleta de colores del Mazda 323 (1985) ofrecía una variedad que iba desde tonos sobrios hasta más atrevidos. Los colores Rojo Clásico y Azul Marino se encontraban entre los favoritos, sin olvidar el elegante Blanco Perlado y el impactante Amarillo Sol, que aportaban un toque distintivo al vehículo.
Las llantas del Mazda 323 se presentaban en diversas opciones que combinaban funcionalidad y estilo. Los modelos básicos montaban robustas llantas de acero con tapacubos diseñados para la durabilidad, mientras que los acabados más altos se beneficiaban de llantas de aleación más ligeras y con diseños más estilizados. Las dimensiones y los patrones de los neumáticos eran seleccionados para ofrecer un óptimo equilibrio entre agarre, eficiencia de combustible y confort en la conducción.
El interior del Mazda 323 de 1985 presentaba un enfoque pragmático y confortable, diseñado para satisfacer las necesidades de los conductores y pasajeros de la época. Los asientos eran ergonómicos, recubiertos con tapicerías resistentes al desgaste y de fácil limpieza. Aunque no se comparaban con los estándares de lujo actuales, ofrecían un soporte adecuado para la conducción diaria y viajes de media distancia. La configuración del habitáculo permitía una visibilidad óptima y el diseño interior estaba pensado para maximizar el espacio y la funcionalidad.
Si bien los estándares de seguridad han evolucionado enormemente, el Mazda 323 de 1985 contaba con características básicas de seguridad como cinturones de seguridad, una carrocería con zonas deformables y una distribución equilibrada que favorecía la estabilidad en carretera.
La conectividad en el Mazda 323 era limitada, centrada en un sistema de audio AM/FM con casetera, acorde a la tecnología de su época.
Los opcionales de exterior para el Mazda 323 incluían llantas de aleación, una selección de colores de carrocería y, en algunos mercados, faros antiniebla delanteros que mejoraban la visibilidad en condiciones climáticas adversas.
En cuanto a los opcionales interiores, se podían adquirir elementos como aire acondicionado, elevalunas eléctricos y un equipamiento de audio mejorado, lo que añadía comodidad y conveniencia para el conductor y los pasajeros.
Existían paquetes opcionales que combinaban mejoras de rendimiento con detalles estéticos interiores y exteriores para una experiencia de conducción más personalizada y exclusiva.
En su afán por satisfacer distintos gustos y necesidades, Mazda ofrecía una variedad de opcionales para el 323, entre los que se encontraban sistemas de audio de mayor calidad, techo solar y accesorios deportivos como volantes y pomo del cambio. Además, para los más interesados en la conducción, estaban disponibles opciones de suspensión mejorada y kits de carrocería que no solo realzaban la estética sino que optimizaban la aerodinámica del vehículo.
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El Mazda 323 de 1985 se ofrecía con una gama de motores de gasolina que variaban desde un 1.1 litros hasta un 1.6 litros, con potencias que oscilaban entre los 55 y 140 CV, dependiendo de la variante y el mercado.
La velocidad máxima del Mazda 323 de 1985 varía según la motorización, pero en general se sitúa en un rango de aproximadamente 160 a 200 km/h.
El Mazda 323 de 1985 ofrecía transmisiones manuales de 4 o 5 velocidades y, en algunos modelos, también estaban disponibles opciones de transmisión automática.
El Mazda 323 de 1985 cuenta generalmente con 5 asientos, ofreciendo un espacio interior confortable para el conductor y los pasajeros.
El Mazda 323 de 1985 estaba disponible en varias carrocerías, incluyendo versiones hatchback de 3 o 5 puertas, sedán y station wagon, lo que ofrecía una amplia gama de opciones para diferentes necesidades y gustos.
Los sistemas de seguridad del Mazda 323 de 1985 eran básicos en comparación con los estándares actuales e incluían cinturones de seguridad y, en algunos mercados, frenos de disco delanteros. Las opciones de seguridad variaban según el modelo y la región.
El consumo de combustible del Mazda 323 de 1985 dependía de la motorización y el tipo de transmisión, pero en general se esperaba un consumo promedio que podría variar entre los 6 y los 9 litros a los 100 km en condiciones normales de conducción.