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El Isuzu Impulse de 1990 se presenta como una propuesta innovadora en el segmento de coupés compactos. Con un diseño audaz para su época, este modelo supuso un salto estilístico y tecnológico para la marca japonesa. Sus líneas aerodinámicas, junto a un chasis deportivo, ofrecían una experiencia de conducción emocionante y un tanto exclusiva. El motor, un reflejo de la ingeniería japonesa, combinaba fiabilidad con un rendimiento sorprendentemente ágil para un vehículo de su categoría, haciendo del Impulse una opción interesante para los entusiastas de la conducción deportiva.
El Isuzu Impulse de 1990 estaba disponible en distintas variantes centradas en ofrecer una experiencia adaptada a cada cliente:
Estas variantes se diferenciaban principalmente en su rendimiento mecánico y en los niveles de equipamiento interior.
El año 1990 fue significativo para Isuzu, ya que marcó una consolidación del Impulse en el mercado norteamericano. Aprovechando el renombre de la marca en la producción de vehículos industriales y su alianza con General Motors, Isuzu pudo posicionar al Impulse como un coche distintivo en su segmento. Las actualizaciones técnicas y estéticas implementadas en este año ayudaron a mantener al modelo competitivo frente a sus rivales, asegurando así su atracción entre los consumidores que valoraban la fiabilidad japonesa y un diseño único.
Las versiones del Isuzu Impulse de 1990 reflejaban distintos niveles de rendimiento y lujo:
Cada versión se destacaba por ofrecer una combinación singular de agilidad y confort.
Las características generales del Isuzu Impulse de 1990 incluían:
Estos aspectos resaltaban su enfoque hacia la eficiencia y el placer de conducción.
Comodidad9,0
Seguridad9,5
Calidad/Precio8,9
Diseño9,3
En 1990, los precios del Isuzu Impulse variaban en función de la versión y el nivel de equipamiento seleccionados, ofreciendo un rango que iba desde lo accesible hasta lo premium.
La ficha técnica del Isuzu Impulse (1990) era extensa y minuciosa, destacando aspectos como el motor DOHC de 16 válvulas, disponible tanto en la versión turbo como en la aspiración natural. Los acabados internos variaban desde los básicos hasta los más lujosos, con opciones de tapizado y sistema de audio mejorado. Las medidas compactas del vehículo, junto a un maletero de buena capacidad, facilitaban su uso cotidiano sin sacrificar su espíritu deportivo. La seguridad no se quedaba atrás, con elementos como frenos ABS y una estructura reforzada.
La paleta de colores del Isuzu Impulse 1990 era variada, ofreciendo desde tonos sobrios hasta colores más vivos y llamativos, reflejando la personalidad deportiva del coche.
Las llantas del Isuzu Impulse (1990) jugaban un papel crucial en su estética y su rendimiento en carretera. Disponibles en varias medidas y diseños, estas añadían un toque de distinción y deportividad al vehículo. Para la versión Turbo, las llantas de aleación ligera mejoraban la respuesta en conducción y la eficiencia del combustible. Las llantas del modelo base cumplían con lo necesario para un rendimiento adecuado, mientras que las variantes más equipadas podían disponer de diseños exclusivos, reforzando el carácter único del Impulse en cada una de sus versiones.