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El Holden Commodore ha sido una pieza clave en la historia de la automoción en Australia, ofreciendo una combinación de potencia, confort y rendimiento práctico. Equipado con motores V6 y V8 de gasolina, el Commodore estableció benchmarks en su segmento con avanzadas transmisiones automáticas y manuales que proporcionaban una experiencia de conducción ágil y placentera. Con un chasis equilibrado y opciones de propulsión trasera o integral (AWD), se concentró en el placer de la conducción sin dejar de ofrecer una utilidad diaria.
Desde su lanzamiento en 1978 hasta su cese de producción en 2020, el Holden Commodore se ha adaptado con el paso del tiempo, adoptando nuevas tecnologías y estilos, manteniéndose siempre como un referente en su clase.
El Holden Commodore ha ofrecido una amplia gama de versiones para satisfacer las distintas necesidades y gustos de los consumidores. Desde las variantes sedán, wagon y ute, hasta ediciones especiales y de alto rendimiento como el SS, Calais y HSV, el Commodore ha marcado tendencias en el mercado automotriz.
Los Holden Commodore se destacaron por su espacio interior generoso, un diseño ergonómico y un equipamiento completo. La seguridad fue también una prioridad con múltiples airbags, controles de estabilidad y tracción, ofreciendo tranquilidad y protección.
Dependiendo del modelo y año, los Commodore podían incluir tecnologías como head-up display, asientos calefactables y sistemas de infoentretenimiento avanzados.
Comodidad9,1
Seguridad9,2
Calidad/Precio9,3
Diseño9,1
Los precios del Holden Commodore gasolina variaron significativamente durante su producción, en función del modelo y el nivel de equipamiento. Los modelos de entrada ofrecían una excelente relación calidad-precio, mientras que las ediciones de alto rendimiento representaban la punta de lanza de la marca en cuanto a precio y prestaciones. Algunos modelos han mantenido un valor de reventa considerable, siendo especialmente valorados por coleccionistas y entusiastas del automóvil.
Las fichas técnicas de los Holden Commodore resaltan la capacidad y variedad del rango. Desde acabados básicos con características esenciales de seguridad y confort, hasta configuraciones de lujo con todo el espectro de opciones disponibles, y medidas que se ajustan tanto a la ciudad como a largos viajes por carretera.
El Holden Commodore se ofreció en una amplia gama de pinturas y colores, desde tonos sólidos y clásicos hasta colores metálicos y perlados que subrayaban su diseño dinámico. Estas opciones permitían personalizar el vehículo y destacar la estética deportiva o elegante según la elección del cliente.
Las llantas del Holden Commodore eran un fuerte componente visual que añadía carácter al vehículo. Disponibles en varias dimensiones y diseños, desde opciones más conservadoras hasta llantas de aleación ligera de alto rendimiento, cada juego complementaba el aspecto y la funcionalidad del coche, reforzando su presencia en la carretera.
Los asientos del Holden Commodore Gasolina destacan por su confort y diseño ergonómico, ideales para largos viajes. Con tapicerías que varían desde prácticos textiles hasta lujosos cueros, los acabados son meticulosos. Las versiones más exclusivas cuentan con ajustes eléctricos, memorias y función de calefacción y ventilación, mientras que la sujeción lateral asegura una correcta postura al conductor y pasajeros.
El Holden Commodore Gasolina integra avanzados sistemas de seguridad activa y pasiva. Desde airbags estratégicamente ubicados hasta controles electrónicos de estabilidad y tracción, este vehículo está diseñado para proteger a sus ocupantes.
La experiencia de conectividad y audio en el Holden Commodore es completa, con un sistema de infoentretenimiento compatible con Apple CarPlay y Android Auto. La interfaz de usuario es intuitiva y permite el acceso a servicios de navegación, así como a un sistema de sonido premium con una calidad de audio excepcional que convierte cada viaje en una experiencia auditiva envolvente.
Los opcionales exteriores del Holden Commodore incluyen diferentes diseños de llantas, paquetes estéticos que realzan su deportividad y pinturas premium con acabados metalizados o perlados. Cada adicional eleva la personalización al gusto del conductor.
En el interior, el Holden Commodore ofrece opciones como inserciones de madera o aluminio, sistemas de iluminación ambiental y un avanzado head-up display que proyecta información esencial en el parabrisas.
Los paquetes opcionales del Holden Commodore permiten mejorar tanto la estética como el rendimiento del vehículo, incluyendo mejoras aerodinámicas y tecnología adicional para un confort y una experiencia de conducción superior.
Además, se pueden incorporar asientos con masajes o un techo panorámico para una sensación más amplia de espacio.
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El Holden Commodore Gasolina dispone de motorizaciones que van desde los 4 cilindros hasta los potentes V8, ofreciendo una gama de potencias que oscilan entre los 180 CV y los 400 CV aproximadamente, dependiendo del modelo y año de fabricación.
La capacidad del maletero del Holden Commodore suele variar entre los 490 y 560 litros, dependiendo de la variante y si los asientos traseros están abatidos o no.
La velocidad máxima de un Holden Commodore Gasolina puede variar según el modelo y la motorización, pero generalmente se sitúa en un rango de entre 220 km/h y 250 km/h.
El Holden Commodore Gasolina ha ofrecido a lo largo de su producción tanto transmisiones manuales de 5 o 6 velocidades como automáticas de hasta 8 velocidades, según la versión y el año.
El Holden Commodore ha incorporado diversas características de seguridad, tales como control de estabilidad, múltiples airbags, frenos ABS y sistemas de asistencia al conductor, que se han ido actualizando conforme a las normativas y avances tecnológicos.
El Holden Commodore Gasolina generalmente viene equipado con 5 asientos, ofreciendo comodidad tanto en las plazas delanteras como en las traseras.
El consumo de combustible del Holden Commodore Gasolina puede variar ampliamente dependiendo del modelo y la motorización, pero en promedio se sitúa en un rango de entre 8 y 15 litros cada 100 kilómetros en ciclo combinado.