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El Holden Caprice de 1990 es un pedazo de la historia automotriz australiana. Como buque insignia del lujo y la comodidad, este coche destaca por su generoso espacio interior y suave andar. ¡Y oye! Si su estilo te parece anticuado, piensa en el encanto retro que lleva implícito.
Pues bien, el Caprice venía en diferentes sabores. Tenías el clásico sedán para sentirte todo un ejecutivo, y si necesitabas más chicha, estaba el Statesman, que básicamente era el mismo coche pero con otro distintivo. Todos compartían esa presencia imponente, eso sí.
1990: un año en el que el Caprice lucía sus formas rectas y amplias. Era el momento en que los coches tenían personalidad y sobriedad, ¿sabes?
Modelo | Motorización | Transmisión | Otras Especificaciones |
---|---|---|---|
Caprice Series I | V8 5.0L | Automática 4-Velocidades | Suspensión de lujo |
Statesman | V6 o V8 | Automática 4-Velocidades | Opciones de lujo moderadas |
Si pensabas en un Caprice, querías espacio, confort y un motor que ronronease bonito. Esa sensación de estar flotando mientras recorres la carretera… eso era un Caprice.
Comodidad8,7
Seguridad8,8
Calidad/Precio9,1
Diseño8,8
Cuando salió del concesionario, un Caprice no era moco de pavo, pero hoy en día, encontrar uno en buen estado puede ser un chollo. Hablamos de un rango de precios que va desde “qué ganga” para una unidad con unos kilómetros, hasta “me lo pienso” si está impecable y con pocos kilómetros. Añade a eso unos cuantos euros más si el vendedor sabe que tiene una joyita entre manos.
El Holden Caprice de 1990 venía con fichas técnicas que hoy nos pueden parecer de otra época, pero que en su momento eran top. Hablamos de dimensiones generosas, acabados de lujo y una gama de motorizaciones que no se andaban con chiquitas, desde un V6 hasta el poderoso V8 5.0L.
En cuanto a la pintura, el Caprice lucía colores sólidos y metálicos con nombres que evocaban lujo y sofisticación. Desde un elegante Negro hasta un Azul Clásico, pasando por opciones más atrevidas como el Rojo Carmesí.
Las llantas originales del Caprice eran llantas de aleación de un estilo sencillo pero elegante, que resaltaban el porte majestuoso del coche y no desentonaban con el conjunto.
Imagina viajar como un rey en tu clásico Holden Caprice. Los asientos son el trono desde donde reinas en la carretera: amplios, cómodos y revestidos de una tapicería que grita ‘lujo’ al más puro estilo de los 90. Aquí no encontrarás plásticos duros ni telas endebles. En su lugar, , se respira calidad y confort. Los ajustes de posición, aunque manuales, están pensados para que encuentres tu postura ideal con facilidad. Y si te topas con un Caprice de los que están en un estado más conservado, lo vas a notar nada más sentarte.
La seguridad en aquellos años no era como la de ahora, pero el Holden Caprice no se quedaba atrás. Incorporaba las esenciales como cinturones de seguridad y barras de impacto en las puertas. Aunque sin moderneces como airbags o controles electrónicos de tracción, la robustez del chasis y la solidez de su construcción eran su principal aval de seguridad.
¿Quién necesita conexión Bluetooth cuando tienes un radiocassette dispuesto a darle caña a los éxitos del momento? Puede que no ofrezca las funcionalidades multimedia de hoy en día, pero el sistema de audio del Holden Caprice tenía su aquel, con altavoces que ofrecían una calidad de sonido respetable para la época. Y si la música no era lo tuyo, siempre podrías disfrutar del sonido de su poderoso motor mientras conducías.
Aquellos que buscaban destacar podían decantarse por elementos como llantas de aleación específicas, faros antiniebla y acabados de pintura metalizada. La estética del Caprice podía personalizarse con detalles que recalcaran su carácter deportivo o su elegancia sobria, según las preferencias del comprador.
Los aficionados a los toques interiores podían optar por extras como inserciones de madera en el tablero, mandos del climatizador de mayor calidad o incluso un sistema de sonido mejorado. Detalles minuciosos que mejoraban la experiencia a bordo y añadían un extra de exclusividad.
Existían paquetes que agrupaban opciones de confort y rendimiento, diseñados para proporcionar una experiencia más completa y a medida según las exigencias del cliente.
Desde sistemas de suspensión optimizados para un agarre superior hasta paquetes de rendimiento que incluían mejoras en la admisión y el escape, los opcionales del Caprice permitían una personalización técnica orientada tanto al confort como al desempeño. Los más entusiastas podían incluso elevar el nivel con mejoras en el tren motriz para extraer aún más potencia del motor.
Calcular el seguro para un Holden Caprice de 1990 requiere tener en cuenta factores como la antigüedad del vehículo y sus características. Los elementos a considerar incluyen:
La potencia del Holden Caprice de 1990 varía dependiendo de la versión del motor, oscilando generalmente entre 180 CV y 220 CV.
Los motores del Holden Caprice (1990) ofrecen una gama de cilindradas que van desde los 3.8 hasta los 5.0 litros, dependiendo de la variante del motor seleccionado.
El Holden Caprice (1990) está diseñado para acomodar cómodamente a cinco pasajeros.
La velocidad máxima del Holden Caprice (1990) puede variar según la versión del motor, pero generalmente se sitúa en un rango de 200 a 220 km/h.
El Holden Caprice de 1990 venía con opciones de transmisión automática de 4 velocidades o manual de 5 velocidades.
La eficiencia de combustible del Holden Caprice (1990) varía según el motor y el tipo de transmisión, pero generalmente se encuentra en un rango de 8 a 13 litros por cada 100 km.
El Holden Caprice (1990) incluía características de seguridad como frenos ABS y cinturones de seguridad pretensados, aunque las especificaciones podían variar según el mercado y el año de fabricación.