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El Holden Apollo de 1991 marcó un hito en su segmento como resultado de una colaboración entre General Motors y Toyota. Este modelo ofreció una mezcla entre estilo australiano y fiabilidad japonesa, destacando por su condución equilibrada y un interior diseñado para maximizar la comodidad. Los motores disponibles presentaban un excelente equilibrio entre eficiencia de combustible y rendimiento, lo que lo convertía en una opción atractiva para conductores conscientes del presupuesto y la calidad.
Las distintas caras del Holden Apollo te dejaban elegir entre un cómodo sedán para la familia o un más deportivo y espacioso vagón. ¡Había un Apollo para cada quien!
El 1991 fue el año en que el Holden Apollo debutó en el mercado australiano, lanzándose como una reetiquetada versión del Toyota Camry. Esta aproximación fue el resultado de un acuerdo de intercambio de modelos conocido como el ‘Button Plan’, destinado a racionalizar la industria automotriz en Australia. En ese primer año, el Apollo se hizo notar por un diseño que equilibraba robustez y refinamiento, así como por su disposición de motores eficientes y una lista impresionante de características estándar que mejoraban la experiencia de conducción y la seguridad.
El Holden Apollo se ofreció en varias versiones para satisfacer distintas necesidades y presupuestos. Desde el nivel de entrada SL hasta el más equipado SLX, cada modelo se diferenciaba por su combinación de equipamiento interior y mejoras mecánicas. Las diferencias también se extendieron a la elección de motorización, con opciones que iban desde el eficiente motor de cuatro cilindros hasta el más potente V6.
La versión del ’91 del Holden Apollo se distinguió por un diseño funcional y un habitáculo espacioso. El confort de los pasajeros fue una prioridad, con asientos bien contorneados y una distribución inteligente de los controles. La seguridad también fue clave, con estructura reforzada y una buena dotación de medidas preventivas.
Comodidad9,0
Seguridad8,9
Calidad/Precio9,3
Diseño9,5
En el momento de su lanzamiento, el Holden Apollo de 1991 ofrecía una buena relación calidad-precio, posicionándose como una opción competitiva en su categoría. Los precios variaban en función del nivel de acabado y las especificaciones técnicas, pero en general, se mantuvieron accesibles para la gran mayoría de los conductores australianos.
Cada ficha técnica del Holden Apollo resaltaba sus dimensiones generosas, un distintivo acabado en su interior y un bastidor bien pensado para el confort en ruta. La gama proporcionaba información detallada sobre las especificaciones de cada modelo, orientando al consumidor hacia la mejor elección posible.
El Holden Apollo, estéticamente agradable y contemporáneo para su época, estaba disponible en una paleta de colores que reforzaban su elegancia. Con opciones que iban desde tonos sobrios y profesionales hasta colores más vivaces, la elección de la pintura podía personalizar el vehículo y reflejar el estilo del propietario.
Las llantas del Holden Apollo no eran solo un complemento estético; hablaban de robustez y un diseño pensado para soportar las condiciones de conducción australianas. Con opciones que variaban según el modelo, cada juego de llantas contribuía a la estabilidad y la respuesta del vehículo en carretera.
Chicos, hablemos de cuando los asientos eran simples y hacían lo que tenían que hacer: ¡ser cómodos! En el Holden Apollo del ’91, te encontrabas con una tapicería más bien básica pero resistente. Nada de florituras modernas, aquí era tela y a correr. Los asientos delanteros te sujetaban decentemente en las curvas, y en el trasero, pues había sitio suficiente para estirar las piernas. Claro que si ibas en el medio, ojo al bulto, porque ese respaldo central era más duro que la realidad de los lunes.
En temas de seguridad, el Holden Apollo ’91 no tenía las mil y una ayudas electrónicas de ahora, pero oye, venía con lo suyo. Cinturones de seguridad obligatorios y airbags que empezaban a ser el pan de cada día en los coches nuevos. Y no, no había sensores de aparcamiento, así que el arte de aparcar era todavía un acto de pura habilidad.
¡Qué tiempos aquellos! En el Holden Apollo de 1991, la conectividad no pasaba de una radio AM/FM con casetera (sí, de esas para cintas). Pero eh, tenía sus cuatro altavoces y si ponías un casete de los Rolling, la cosa sonaba con ganas. Nada de pantallas táctiles, Bluetooth ni USB. Aquí la conexión más fuerte que se establecía era entre la carretera, el volante y tus manos. Y sinceramente, no sé si era mejor o peor, pero os aseguro que tenía su encanto.
Si te lanzabas a personalizar tu Holden Apollo, podías añadirle llantas de aleación más chulas que las básicas. Y claro, había quien se decantaba por un spoiler trasero para darle ese toque racing que tanto molaba. ¡Hazlo único, hazlo tuyo!
Dentro del Apollo, también podías optar por mejoras. ¿Qué tal unos insertos de madera para sentirte más premium? O tal vez un control de crucero para esos viajes largos por carretera. ¡Más comodidad al volante!
Los paquetes de opcionales eran más bien escasos, pero podías encontrar alguno que incluyera extras tanto de confort como estéticos. Simple y directo.
Explora los extras para darle más chispa a tu Apollo: desde revestimientos de piso hasta fundas de asiento personalizadas. Dale ese toque personal.
Calcular el seguro de un vehículo como el Holden Apollo de 1991 no es tan sencillo como parece. Hay que considerar factores como la antigüedad del coche, sus características mecánicas y el historial de siniestralidad. Las aseguradoras examinan estos detalles técnicos y también el perfil del conductor para establecer la prima. No obstante, ciertos aspectos como la falta de sistemas de seguridad modernos pueden incrementar el coste del seguro frente a vehículos más nuevos con mayores medidas de protección y asistencias a la conducción.
El Holden Apollo 1991 ofreció variantes con potencias que oscilan generalmente entre los 100 y 140 CV, dependiendo de la configuración del motor y el modelo específico.
La cilindrada de los motores disponibles para este modelo varía desde los 2.0 litros hasta los 3.0 litros, dependiendo de la versión del Apollo elegida.
El Holden Apollo 1991 cuenta con 5 asientos, ofreciendo un interior espacioso para conductor y pasajeros.
La velocidad máxima del Holden Apollo 1991 puede variar entre modelos, pero generalmente se sitúa en un rango de 175 a 200 km/h.
El Holden Apollo 1991 estaba disponible tanto con transmisión manual de 5 velocidades como con transmisión automática de 4 velocidades.
El modelo se ofreció principalmente en dos tipos de carrocería: sedán y station wagon, proporcionando opciones para diferentes necesidades y preferencias.
El consumo de combustible del Holden Apollo 1991 puede considerarse moderado para su época, con variaciones dependiendo de la motorización y el tipo de uso, pero en general oscila entre los 8 y 12 litros por cada 100 km.