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El Ford Probe es un vehículo que marcó una era, diseñado como sucesor del Ford Mustang en un esfuerzo por ofrecer un coupé deportivo más moderno y eficiente. Entre 1989 y 1997, este auto destacó por su estética vanguardista, sus prestaciones equilibradas y su enfoque en la aerodinámica. Disponible con una variedad de motores y paquetes de equipamiento, el Probe buscó capturar la esencia de un deportivo accesible sin renunciar a la comodidad y la practicidad necesarias para el uso diario.
El Ford Probe se ofreció principalmente en una única variante de carrocería: un coupé deportivo de dos puertas. Su diseño fue fruto de la colaboración entre Ford y Mazda, resultando en un vehículo con líneas fluidas y un perfil bajo y aerodinámico.
El Ford Probe tuvo dos generaciones significativas: la primera de 1989 a 1992 y la segunda de 1993 a 1997. Cada generación introdujo mejoras en diseño, prestaciones y tecnología, consolidando al Probe como un referente en su categoría.
El Probe contó con varias versiones, entre ellas el GL, LX y GT. La versión GT, en particular, fue el tope de gama, ofreciendo mayor rendimiento gracias a su motor V6 y una suspensión más deportiva.
Las características del Ford Probe incluían tracción delantera, opciones de motorización de cuatro cilindros y V6, y una configuración interior orientada al conductor.
Equipamiento de serie variaba según el modelo y año de fabricación.
Comodidad9,2
Seguridad9,4
Calidad/Precio9,1
Diseño9,1
En su lanzamiento, el Ford Probe se posicionó como una opción asequible dentro de los deportivos. A lo largo de su producción, el precio varió dependiendo de la versión y el equipamiento, manteniéndose competitivo en su segmento. Hoy en día, los modelos de segunda mano tienen un rango de precios amplio, influenciado por su estado de conservación, kilometraje y rareza del modelo específico.
Las fichas técnicas del Ford Probe detallaban información sobre sus dimensiones, peso, capacidad del maletero y especificaciones del motor, como potencia y par motor. Los acabados incluían desde opciones básicas hasta paquetes de lujo y deportivos.
La gama de colores del Ford Probe variaba con cada modelo y año, ofreciendo desde tonos sobrios hasta opciones más vibrantes y llamativas. La calidad del acabado y la pintura reflejaban el enfoque deportivo y juvenil del vehículo.
Las llantas del Ford Probe eran un elemento distintivo que reforzaba su carácter deportivo. Las versiones base solían montar llantas de aleación más sencillas, mientras que el modelo GT y otras ediciones especiales contaban con diseños más elaborados y tamaños mayores. La selección de llantas contribuía no solo a la estética, sino también al rendimiento y la experiencia de conducción del vehículo. La atención al detalle en este componente era evidente, reflejando el compromiso de Ford con el equilibrio entre función y forma en el Probe.
El interior del Ford Probe destacó por su ergonomía y confort, especialmente en la disposición de sus asientos. Con opciones de tapicería que variaban según el modelo y el año, desde tela básica hasta cuero de alta calidad en versiones más lujosas. Los asientos del conductor ofrecían ajustes eléctricos para asegurar la comodidad durante la conducción. La atención al detalle era evidente en las costuras y el diseño general del habitáculo, que buscaba proporcionar una experiencia de conducción placentera y estéticamente agradable.
La seguridad fue una prioridad en el diseño del Ford Probe, que incorporaba características como airbags frontales y cinturones de seguridad con pretensores. La estructura del vehículo estaba diseñada para ofrecer una buena absorción de impactos y protección en caso de colisión. A lo largo de su producción, el Probe integró mejoras en sistemas de seguridad activa y pasiva para aumentar la protección de sus ocupantes.
Aunque los sistemas de conectividad y audio del Ford Probe no eran tan avanzados como los actuales, contaba con opciones de radio y reproductor de cassette o CD. Los mandos al volante y la calidad del sistema de sonido proporcionaban una experiencia auditiva satisfactoria para la época.
Los opcionales exteriores del Ford Probe incluían una variedad de ruedas de aleación, spoilers traseros y paquetes de carrocería que mejoraban la aerodinámica y el atractivo visual del vehículo. Se podía optar por una gama de colores y acabados exclusivos que realzaban su presencia en carretera.
En el interior, los clientes podían seleccionar entre varias opciones de personalización, como inserciones de madera o carbono, sistemas de iluminación ambiental y mejoras en el sistema de audio. Estas opciones incrementaban la sensación de lujo y confort dentro del habitáculo.
Los paquetes opcionales ofrecidos para el Ford Probe permitían a los compradores personalizar su vehículo con conjuntos de mejoras enfocadas en confort, rendimiento o estética.
Además de los ya mencionados, el Ford Probe ofrecía una serie de opcionales que incluían desde techo solar eléctrico hasta control de crucero, pasando por sistemas de alarma integrados y opciones de climatización mejoradas. Para los entusiastas del rendimiento, existían versiones con motores más potentes y suspensiones deportivas. En términos de conveniencia, se podían agregar accesorios como portavasos y almacenamiento adicional. Estos opcionales se complementaban con servicios de asistencia en carretera y garantías extendidas, garantizando así que cada Ford Probe pudiera ser tan único como su propietario.
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El Ford Probe se ofreció con una gama de motorizaciones que van desde los 4 cilindros en línea hasta los V6, con potencias que oscilan entre aproximadamente los 115 CV y los 200 CV, y cilindradas que varían de 2.0 a 2.5 litros.
Dependiendo de la versión y el tipo de motorización, la velocidad máxima del Ford Probe puede estar en un rango de alrededor de 190 km/h a 225 km/h.
El Ford Probe es un coche coupé deportivo que cuenta con 4 asientos, aunque los traseros pueden resultar algo justos en espacio y comodidad, siendo más adecuados para trayectos cortos o pasajeros de menor estatura.
El Ford Probe se ofreció con transmisiones manuales de 5 velocidades o automáticas de 4 velocidades, dependiendo del año de fabricación y la configuración del modelo.
La fiabilidad del Ford Probe puede considerarse razonable para su época, siempre y cuando se haya realizado un mantenimiento adecuado. Como vehículo antiguo, es importante prestar atención al estado de las correas, el sistema de enfriamiento y la transmisión, además de los mantenimientos rutinarios de aceite y filtros.
El Ford Probe incluyó características de seguridad como airbags frontales, frenos ABS y cinturones de seguridad con pretensores en algunas de sus versiones. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los estándares de seguridad han evolucionado significativamente desde que se dejó de fabricar este modelo.
El Ford Probe se produjo desde 1989 hasta 1997, cubriendo dos generaciones. La primera generación duró de 1989 a 1992, mientras que la segunda generación abarcó de 1993 a 1997.