El Citroën CX Diésel es sinónimo de innovación y comodidad, destacando por su diseño aerodinámico y su impecable ingeniería francesa. Los usuarios buscan en este vehículo:
Incluso hoy, sigue siendo un referente para los entusiastas de los coches vintage.
El Citroën CX Diésel se estrenó en el mundo automovilístico en los años setenta, sobresaliendo rápidamente por su estética y rendimiento. Su producción continuó hasta finales de los ochenta, dejando un legado de calidad y diseño.
El Citroën CX Diésel nos ha dado varios modelos para recordar. Desde sus inicios, este coche fue todo un hito. ¿Quién no recuerda el CX 25 D Turbo con esa respuesta en carretera? Y no olvidemos el refinamiento del CX Prestige, el lujo francés en su máxima expresión. Cada modelo, con su personalidad, ha hecho del CX una opción sólida para los que buscan algo más que transportarse de A a B.
La gama del Citroën CX Diésel se distingue por prestaciones y tecnología que fueron punteras en su momento. Destacan su motorización robusta, consumo eficiente y la emblemática suspensión hidroneumática que garantiza un viaje suave y placentero a cada momento.
Comodidad9,3
Seguridad9,7
Calidad/Precio9,6
Diseño9,0
Aunque ya no se fabrica, el mercado de coches de segunda mano valora al Citroën CX Diésel por su historia y singularidad. Los precios varían dependiendo del estado del vehículo y la rareza del modelo. Coleccionistas y aficionados están dispuestos a pagar una prima por unidades en buen estado o versiones particularmente escasas o cotizadas.
Para los interesados en detalles, las fichas técnicas del Citroën CX Diésel revelan su carácter único. Los acabados eran de alta calidad para la época, y las medidas generosas del vehículo aseguraban un espacio interior amplio y cómodo.
El CX Diésel ofrecía una paleta de colores que iban desde los clásicos hasta los más atrevidos, permitiendo que cada conductor encontrara su estilo. La pintura, resistente y de calidad, contribuye a la durabilidad de su aspecto a lo largo de los años.
Las llantas del Citroën CX Diésel no eran solo un componente más; eran una declaración de estilo. Desde las opciones más básicas hasta las llantas de aleación para las versiones más deportivas o lujosas, cada elección complementaba la aerodinámica y la estética general del coche. Estas llantas no solo realzaban el diseño sino que también mejoraban el rendimiento en carretera.
Los asientos del Citroën CX Diésel ofrecían un nivel de confort superior para su época, con opciones de tapicerías que podían variar desde textiles hasta cueros de alta calidad. Uno de los elementos destacados era el cuidado en la ergonomía, proporcionando una posición de conducción relajada y un soporte lumbar adecuado, características muy valoradas en los largos viajes.
El Citroën CX Diésel fue diseñado prestando atención a la seguridad, incorporando en sus versiones más avanzadas sistemas de frenos antibloqueo (ABS) y refuerzos en la estructura de la carrocería para mejorar la protección contra impactos.
Aunque modesto en comparación con los estándares actuales, el sistema de audio del Citroën CX Diésel ofrecía una experiencia adecuada con radio AM/FM y, en algunos modelos, reproductor de casetes.
Opcional | Descripción |
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Faros antiniebla | Mejora de visibilidad en condiciones adversas |
Llantas de aleación | Aporte estético y mejora en la disipación del calor |
Techo solar | Elemento de lujo para una ventilación adicional y luz natural |
Opcional | Descripción |
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Control de crucero | Funcionalidad para largos viajes, manteniendo la velocidad constante |
Aire acondicionado | Mantener un clima confortable en el interior del vehículo |
Asientos calefactables | Confort en climas fríos mediante asientos con sistema de calefacción |
Citroën ofreció en su gama CX Diésel paquetes opcionales que mejoraban tanto el aspecto estético como el funcional del vehículo. Estos incluían desde paquetes deportivos con suspensiones ajustadas y detalles exteriores distintivos, hasta paquetes de lujo que añadían características como mejor aislamiento acústico y sistemas de climatización avanzados. Asimismo, paquetes de conveniencia podían incorporar elementos como espejos eléctricos y asientos con ajustes eléctricos para personalizar la experiencia de conducción.
El Citroën CX Diésel contaba con una serie de opcionales que permitían adaptar el coche a las necesidades y gustos de cada cliente. Algunos de estos opcionales eran puramente funcionales, como los sistemas de dirección asistida o las transmisiones automáticas, mientras que otros tenían un enfoque más orientado al confort, ofreciendo por ejemplo, sistemas de audio de alta fidelidad. No faltaban tampoco los elementos que realzaban la seguridad, con opciones como los mencionados ABS o incluso airbags para el conductor en las últimas versiones. En el terreno estético, era posible elegir entre una amplia gama de colores y acabados para la carrocería y el interior.
Calcular el seguro de un Citroën CX Diésel requiere considerar varios factores técnicos y personales. Algunos de estos son:
El Citroën CX Diésel ofrece una potencia que varía entre los 65 CV y los 120 CV, dependiendo del año y de la versión específica del modelo.
La cilindrada de los motores diésel del Citroën CX oscila entre los 2.100 y los 2.500 cc, en función de la variante del modelo.
El Citroën CX Diésel está diseñado con 5 asientos, ofreciendo un espacio cómodo tanto para el conductor como para los pasajeros.
La velocidad máxima del Citroën CX Diésel puede variar, pero generalmente se sitúa en un rango que va desde los 150 km/h hasta los 180 km/h, dependiendo de la versión y del año del modelo.
Los modelos de Citroën CX Diésel vienen equipados principalmente con transmisión manual de 4 o 5 velocidades, aunque también hay versiones con transmisión automática.
El Citroën CX Diésel cuenta con el innovador sistema de suspensión hidroneumática propia de Citroën, que proporciona un nivel de comodidad y manejo únicos.
El consumo de combustible del Citroën CX Diésel varía según el modelo y las condiciones de uso, pero en general, ofrece una eficiencia de combustible bastante favorable, con promedios que pueden ir desde los 6 hasta los 9 litros por cada 100 km.