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El BMW Isetta es un icono de la postguerra, un microcoche que marcó una época con su diseño peculiar y su motor de gasolina eficiente. Este vehículo de talla diminuta destacaba por su única puerta frontal que se abría junto al volante y el panel de instrumentos, una solución ingeniosa que maximizaba el espacio. Bajo su pequeño capó, albergaba un motor de un cilindro de cuatro tiempos, que, dependiendo de la versión, entregaba entre 12 y 13 CV de potencia, suficiente para mover con agilidad su reducido peso.
Desde su nacimiento, el BMW Isetta ha experimentado varias versiones. La primera, lanzada en 1955, era propulsada por un motor de 12 CV y 247 cc. Posteriormente, se introdujo el Isetta 300, con un motor ligeramente más grande de 298 cc y 13 CV, ofreciendo un rendimiento mejorado. Existió incluso una variante denominada Isetta 250, que ajustaba su cilindrada para adaptarse a regulaciones específicas de mercado. Todas estas versiones compartían la innovación y el diseño compacto que definen al Isetta.
El BMW Isetta Gasolina se presentaba como un vehículo compacto y económico, ideal para la circulación urbana. Equipado con un motor monocilíndrico capaz de alcanzar velocidades de hasta 85 km/h, ofrecía una conducción sencilla y directa. Su reducido tamaño garantizaba un estacionamiento sin problemas, y su consumo de combustible era extraordinariamente bajo. En su interior, pese a su apariencia modesta, contaba con los suficientes elementos para hacer los viajes confortables para dos personas.
Comodidad9,1
Seguridad9,4
Calidad/Precio9,3
Diseño9,7
En su época, el BMW Isetta Gasolina era considerado un automóvil accesible y económico, alineado con las necesidades de movilidad postbélica.
Las fichas técnicas del BMW Isetta Gasolina detallan su propulsión monocilíndrica, su carrocería compacta y las medidas que lo hacían tan especial. Estos documentos son esenciales para los entusiastas y restauradores del modelo.
El BMW Isetta se ofreció en una gama de colores vivos y atractivos que realzaban su figura distintiva y añadían un toque de alegría a las calles.
Las llantas del BMW Isetta eran modestas en tamaño, acordes con la escala del vehículo. Diseñadas para ser funcionales y ligeras, contribuían a la eficiencia de combustible y maniobrabilidad del coche. A lo largo de su producción, se ofrecieron variaciones en el diseño de las llantas, siempre buscando mantener el carácter práctico y estético del Isetta.
A ver, chavales, hablamos del mítico BMW Isetta, ese pequeñajo con pinta de huevo que te hacía sentir cual astronauta en la cápsula Espacial. Con hueco para ti y tu colega (y poco más), los asientitos te acogían en un abrazo de tapicería simple pero maja. Nada de lujos excesivos, aquí el rollo era minimalismo con estilo. Y, por supuesto, el espectáculo de entrar y salir por la puertecita frontal, que más que coche parecías que te subías a una atracción de feria.
En cuanto a seguridad, el BMW Isetta Gasolina era de la vieja escuela, sin los airbags y sensores de ahora, pero oye, que no te engañen, su estructura compacta ofrecía protección de aquella manera. ¡Y su tamaño era su mejor aliado! Porque para esquivar peligros pintaba primero en agilidad, facilito de maniobrar en los líos del tráfico.
La conectividad y el audio en el Isetta eran lo justo para cantar ‘La vida es un carnaval’ y poco más. Pero vamos, que no le hacía falta más, porque el sonido del motorcillo y el viento al pasar ya eran música para los puristas del asfalto. Por aquel entonces, el radiocasete era el ‘Spotify’ de la época, ¡y venga marcha!
En cuanto a opcionales exteriores, esto no es un SUV del siglo XXI, pero vamos, que podías elegir entre varios colores molones para ser el centro de todas las miradas.
¿Y por dentro? Bueno, los extras interiores se limitaban a escoger tapizados y añadidos que le dieran un toquecito personal a tu cápsula del tiempo.
Apenas había paquetes de equipamiento, pero los pocos que había, te dejaban el Isetta fetén.
No es que tuvieras una lista tan larga como la carta a los Reyes Magos, pero algo de margen para personalizar tu Isetta sí que había. Desde las llantas, que podías cambiar por unas un pelín menos básicas, hasta algunos detalles en el interior que hacían que el espacio se sintiera más único. Imagina, meterle un volante con otro diseño o incluso algún que otro adorno brillante para darle un poco de chispa al cuadro de mandos. Eso sí, lo importante era mantener esa esencia del Isetta, sin pasarse de rosca y acabar con algo que pareciese sacado de una nave espacial.
Para calcular el seguro del BMW Isetta Gasolina, recomendamos consultar con aseguradoras que ofrezcan pólizas para coches clásicos, teniendo en cuenta factores como la antigüedad y la condición del vehículo.
La potencia del BMW Isetta gasolina varía generalmente entre 12 y 13 CV, dependiendo del año y de la especificación de cada modelo.
El BMW Isetta es un microcoche que típicamente cuenta con 2 asientos, diseñado para transportar al conductor y un pasajero.
El motor del BMW Isetta gasolina posee una cilindrada que oscila entre 245 y 300 cm³, según la versión específica del vehículo.
La velocidad máxima del BMW Isetta generalmente se sitúa en torno a los 85 km/h, aunque puede variar ligeramente según la variante del modelo.
Sí, el BMW Isetta se produjo en diferentes variantes de carrocería, incluyendo la estándar, convertible y hasta una versión con un pequeño compartimento de carga posterior.
El BMW Isetta es conocido por su eficiencia en el consumo, con cifras que rondan los 5 litros a los 100 km, aunque este dato puede variar en función de las condiciones de conducción y mantenimiento del vehículo.
El BMW Isetta generalmente está equipado con una transmisión manual de 4 velocidades, que está adaptada a sus características de microcoche.