El Austin-Healey 100 fue introducido en 1952, y su producción continuó hasta 1956. Marca un hito importante en la era dorada de los roadsters británicos.
Comodidad9,5
Seguridad9,4
Calidad/Precio9,4
Diseño9,2
El valor de un Austin-Healey 100 gasolina varía según su estado de conservación, originalidad y rareza del modelo específico, siendo altamente cotizados en el mercado de coches clásicos.
La ficha técnica del Austin-Healey 100 revela sus dimensiones equilibradas, sus acabados típicos de la época y un conjunto de especificaciones que lo posicionan como un clásico deseable.
El Austin-Healey 100 se ofrecía en una gama de colores que hoy son sinónimos de la estética de los años 50. Sus pinturas brillantes y tonos pastel acentúan su diseño.
Las llantas del Austin-Healey 100 resaltan su carácter deportivo. Diseñadas con radios de alambre y cubos cromados, realzan la estética clásica y elegante del vehículo.
En el corazón del interior del Austin-Healey 100 se encuentra una experiencia que combina la nostalgia con la funcionalidad. Los asientos ofrecen una sujeción ergonómica adaptada a la filosofía de conducción deportiva de la época, con tapicerías que reflejan la artesanía de los años 50. Materiales como el cuero y la lona son predominantes, integrando costuras robustas que garantizan durabilidad sin comprometer la estética clásica. Toda la cabina está diseñada para envolver a los ocupantes en una atmósfera puramente británica, evocando la esencia del automovilismo clásico.
A pesar de su edad, el Austin-Healey 100 posee características en su construcción que apuntaban a la seguridad, como su robusto chasis y la posición retrasada del motor.
En la era del Austin-Healey 100 Gasolina, la conectividad y el audio eran conceptos rudimentarios, limitándose a radios AM simples, que hoy son piezas de coleccionista.
Entre los opcionales exteriores para el Austin-Healey 100, se ofrecían distintas tonalidades de pintura y acabados de ruedas, junto con accesorios cromados que acentuaban su elegancia deportiva.
En el ámbito interno, las opciones se centraban en mejoras en el acabado de la tapicería y la inclusión de elementos decorativos en madera o metal pulido.
Los paquetes opcionales del Austin-Healey incluían conjuntos de mejoras en rendimiento y confort, permitiendo una experiencia de conducción más personalizada y ajustada a los gustos del comprador.
El abanico de opcionales se extendía para cubrir mejoras en la suspensión, carburación y sistemas de escape, destinados a potenciar el carácter deportivo del vehículo.
El cálculo de un seguro para el Austin-Healey 100 Gasolina requiere considerar no solo su valor histórico sino también las particularidades de su uso actual. Las compañías especializadas en vehículos clásicos ofrecen pólizas que valoran sus características únicas y la infrecuencia de su circulación. Es recomendable realizar una valoración detallada y considerar coberturas específicas que protejan la inversión en un activo tan singular.
Triumph TR2, MG A, Jaguar XK120 son algunos de los modelos que compartieron la era y el espíritu del Austin-Healey 100, ofreciendo experiencias similares de conducción.
El Austin-Healey 100 ofrece una potencia que varía entre 90 y 132 cv (CV), dependiendo de la versión y el año de fabricación.
El motor del Austin-Healey 100 tiene una cilindrada que oscila entre 2.6 y 3.0 litros en función del modelo específico.
El Austin-Healey 100 es un biplaza, por lo que tiene dos asientos.
La velocidad máxima del Austin-Healey 100 puede variar, pero en general se sitúa en torno a 160-190 km/h dependiendo de la versión y las condiciones del vehículo.
El Austin-Healey 100 es famoso por su carrocería descapotable de dos puertas, característica de los roadsters de su época.
El consumo de combustible del Austin-Healey 100 varía, pero de manera general se puede esperar un promedio de aproximadamente 12 a 15 litros cada 100 kilómetros, que puede fluctuar dependiendo del estilo de conducción y el estado del vehículo.
Como vehículo clásico, la fiabilidad del Austin-Healey 100 depende en gran medida del mantenimiento y la restauración realizados. Los modelos bien cuidados pueden ser relativamente fiables dentro de lo esperado para un coche de su época.