Los diferentes fenómenos atmosféricos que pueden llegar incluso a ser extremos como es el caso de las gotas frías, las lluvias torrenciales o tormentas pueden provocar accidentes y en muchos casos graves daños en los vehículos.

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Cuando se producen temporales como las gotas frías o las DANAS, los daños por granizo o lluvia, unidos a los provocados por las inundaciones suelen ser algunos de los siniestros que puede llegar a sufrir un vehículo. Si el propietario cuenta con un seguro de coche en muchos casos la compañía no se hará cargo de todos los daños producidos, existiendo diferentes casos en los que el Consorcio de Compensación de Seguros se hará responsable de la compensación por los desperfectos que se pudieran haber ocasionado.

Existen una serie de daños que no cubre el Consorcio de Compensación de Seguros al no considerarlo fenómenos extraordinarios como es el caso de la nieve, los vientos inferiores a 120 km/h y las granizadas. Además, tampoco cubrirá los diferentes daños provocados por fenómenos parecidos al desprendimiento de rocas, asentamiento o deslizamiento de terrenos, presas, movimientos de laderas o la rotura de las alcantarillas, salvo en el caso de que sean unas consecuencias directas de un fenómeno natural extraordinario. La solicitud de indemnización al Consorcio de Compensación de seguros el propietario del vehículo debe estar al corriente de pago y un seguro contratado, con una antigüedad mínima de siete días.

Los riesgos extraordinarios en los seguros

Los diferentes riesgos extraordinarios son los diferentes casos en los que el seguro de coche no cubrirá al conductor aunque no está totalmente desprotegido, siendo el Consorcio de Compensación de Seguros el que se encargará de ofrecer su apoyo. El organismo depende del Ministerio de Economía que tiene como meta final poder responder a los desperfectos que se sitúen fuera de la cobertura de los seguros privados.

Los daños provocados por lluvias

Algunos daños estarán cubiertos por el seguro y en otros casos será el Consorcio de Compensación el que se encargará de ello. Si el coche resulta dañado por la lluvia, existen una serie de entidades a las que poder reclamar:

  • Seguro de responsabilidad civil de terceros: Si la inundación del vehículo se ha producido por la rotura de canales, colectores, cauces subterráneos artificiales, presas o alcantarillas, el conductor debe reclamar a la entidad propietaria de los elementos, entrando dentro del seguro de responsabilidad civil.
  • Seguro del vehículo: Los diferentes daños provocados por la caída de la lluvia de forma directa sobre un vehículo no se encuentran cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros, siendo la única solución para el conductor consultar su póliza y verificar si está incluida una cobertura frente a los posibles desperfectos.
  • Consorcio de Compensación de Seguros: los diferentes daños que hayan sido provocados por tormentas, inundaciones, tempestades u otros fenómenos atmosféricos de mayor intensidad forman parte de los diferentes riesgos extraordinarios que cubre el organismo, por lo que el conductor debe reclamar al organismo los desperfectos producidos.

Reclamaciones a las aseguradoras

Las diferentes reclamaciones a las aseguradoras pueden realizarse si los desperfectos que el propietario ha sufrido se encuentran dentro de sus coberturas. Para ello se deben de conocer las condiciones de la póliza para conocer si los daños están incluidos en la misma. Si se trata de un seguro a terceros ampliado el propietario puede obtener una cobertura en caso de rotura de lunas o de incendios. Los seguros a todo riesgo son los que cubrirán en gran medida los daños propios del vehículo, aunque los que se producen por diferentes fenómenos atmosféricos no suelen llegar a incluirse, con la excepción de los provocados por el granizo.

Si el vehículo ha sufrido un temporal, la entidad a la que el conductor tendrá que reclamar por los daños que haya podido sufrir el vehículo durante el mismo y la forma de realización del trámite, depende de si los daños han sido provocados por un riesgo extraordinario o no.

Si sufres un accidente por culpa de las fuertes lluvias y tormentas ¿quién paga la reparación?

Los daños que provocan las tormentas en los coches

Las tormentas pueden provocar en los vehículos desde daños irreversibles al igual que defectos en la carrocería impidiendo que el vehículo pueda pasar la Inspección Técnica de Vehículos si una tormenta afecta al vehículo.

Las lluvias pueden crear grandes inundaciones en las zonas que se encuentren cerradas. Si se produce una inundación del vehículo de al menos el 40% del mismos, ya sea un vehículo eléctrico o de combustible podrá sufrir graves daños debido a que el agua puede introducirse en los sistemas más sellados. En los vehículos de combustible se puede mezclar el aceite con el agua haciendo que no se pueda realizar el arranque del vehículo provocando daños en el motor obligando a que se cambie de forma inmediata.

También pueden producirse desprendimientos de escombros que pueden impactar en los vehículos produciendo rayones, hundimientos y golpes. Si el vehículo sufre daños muy localizables en la carrocería o se dañan sus neumáticos, será difícil para el propietario poder pasar la Inspección Técnica de Vehículos siendo un obstáculo y teniendo que ser reparado de una manera eficaz.

Otros daños provocados por una tormenta en el coche

Después de que se produzca una tormenta, si esta es muy fuerte, se pueden empezar a notar daños en el vehículo, como puede ser la oxidación de la chapa debido a que la tormenta puede dañar la carrocería, oxidando y penetrando las partes, siendo lo preferible repararla y volverla a pintar. ya que no se puede circular de esta manera en España. En muchos casos los daños pueden ser tan graves que algunos expertos pueden considerar cambiar de vehículo realizando una inversión más completa, ya que si el coche sufre una tormenta puede que los daños lleguen a ser innumerables aunque se apliquen soluciones pueden producirse defectos de forma constante debido al agua.

Para que no se produzca esta situación lo más recomendables es decidir no conducir y resguardarse en un sitio seguro para hacer que el vehículo no sufra posibles desperfectos. Si el conductor decide conducir en la tormenta debe hacerlo con precaución y sabiendo que se puede exponer a una futura avería.