Los taqués del coche son componentes esenciales en el tren de válvulas del motor. Su función principal es regular el movimiento de las válvulas, permitiendo la entrada de aire y combustible en los cilindros y la expulsión de gases de escape. Existen dos tipos de taqués: los mecánicos y los hidráulicos.
Los taqués mecánicos requieren ajustes periódicos, mientras que los hidráulicos se ajustan automáticamente, lo que reduce el mantenimiento. Cuando los taqués funcionan correctamente, ayudan a mantener la eficiencia del motor y reducir el ruido. Sin embargo, el desgaste, la falta de lubricación o la suciedad pueden afectar su rendimiento, generando traqueteo y disminuyendo la eficiencia del motor.
¿Cómo funciona un taqué del coche?
El taqué del coche convierte el movimiento giratorio del árbol de levas en el desplazamiento de las válvulas de admisión y escape. Cuando el árbol de levas gira, el taqué actúa como un empujador, abriendo o cerrando las válvulas en sincronía con el ciclo del motor. En los taqués hidráulicos, un mecanismo interno ajusta automáticamente la distancia entre el árbol de levas y las válvulas, adaptándose a los cambios de temperatura y presión del motor. Esta capacidad de ajuste continuo permite una operación más silenciosa y eficiente, reduciendo el desgaste y mejorando el rendimiento general del motor sin requerir ajustes frecuentes.
Averías más frecuentes
- Los taqués del coche están sujetos a desgaste y, con el tiempo, pueden presentar fallos que afectan el rendimiento del motor.
- La acumulación de suciedad o carbonilla en el sistema es una de las averías más comunes. Esta suciedad impide el movimiento libre del taqué, lo que provoca un traqueteo audible desde el tren de válvulas. La obstrucción puede generar un funcionamiento irregular y una reducción en la eficiencia del motor.
- El desgaste por fricción es otro problema frecuente. A medida que el motor acumula kilómetros, la fricción afecta los taqués, impidiendo el ajuste adecuado de la distancia con las válvulas y provocando sonidos anormales y una pérdida de rendimiento.
- La falta de calidad en el aceite o la baja presión pueden dificultar la lubricación del taqué, afectando su rendimiento y, en casos extremos, dejando el motor sin suficiente soporte. El uso de aceite adecuado y su cambio regular son esenciales para evitar desgaste y averías en los taqués.
¡Así se realiza el mantenimiento de la forma más óptima!
El mantenimiento de los taqués no es una tarea complicada, pero sí requiere constancia y cuidado. Una inspección periódica por un mecánico cualificado puede prevenir problemas costosos. Este mantenimiento implica asegurarse de que el aceite y sus niveles estén siempre en óptimas condiciones. Además, inspeccionar el tren de válvulas permite detectar posibles desgastes antes de que afecten gravemente al motor.
Una revisión constante de la presión del aceite puede marcar la diferencia. La falta de presión o la acumulación de residuos pueden obstruir los taqués y hacer que el motor pierda potencia y eficiencia. Mantener el sistema limpio es esencial para el buen funcionamiento de esta pequeña, pero importante, pieza.
Con estos cuidados, los taqués del coche pueden ofrecerte una experiencia de conducción más fluida y silenciosa. Como aficionados del motor, sabemos que cada detalle cuenta, y que cuidar el corazón del coche significa prolongar cada momento al volante.
- Realizar un mantenimiento regular: clave para prolongar la vida útil de los taqués.
- Usar siempre un aceite de calidad: este lubrica el taqué y evita la acumulación de sedimentos.
- Cambiar el aceite con la frecuencia recomendada por el fabricante: garantiza una buena lubricación y un motor más saludable.
- Revisar regularmente el nivel de aceite del motor: un nivel bajo puede provocar lubricación insuficiente y afectar el rendimiento del motor y la vida útil de los taqués.
- Cambiar el filtro de aceite regularmente: un filtro limpio contribuye a la durabilidad del taqué.
- Evitar el uso de aditivos no recomendados: estos pueden dañar los componentes internos del motor y afectar los taqués.
- Consultar siempre a un profesional ante cualquier duda: un especialista puede aconsejar sobre productos compatibles y seguros para el motor.
Pros y contras
del taqué
- Reducción de fricción: Facilita el movimiento suave de las válvulas, minimizando la fricción entre los componentes.
- Ajuste automático: En los taqués hidráulicos, el ajuste automático permite mantener la distancia adecuada con las válvulas, reduciendo la necesidad de mantenimiento.
- Mejora en la eficiencia del motor: Ayuda a mantener el rendimiento y la eficiencia del motor al optimizar el funcionamiento del tren de válvulas.
- Reducción de ruido: Los taqués hidráulicos, en particular, disminuyen el ruido generado en el tren de válvulas, ofreciendo una experiencia de conducción más silenciosa.
- Desgaste con el tiempo: Los taqués están sujetos a desgaste por fricción, especialmente en motores con alto kilometraje.
- Sensibles a la calidad del aceite: Requieren un aceite de buena calidad y cambios regulares, ya que el aceite inadecuado o sucio puede causar fallos en el taqué.
- Averías comunes: La acumulación de suciedad o carbonilla puede afectar su funcionamiento, causando traqueteo y reduciendo la eficiencia del motor.
- Gasto de reparación o reemplazo: En caso de falla, la reparación o reemplazo de los taqués puede ser costoso, y algunos modelos requieren intervención profesional.
¿Cuánto cuesta cambiar los taqués del coche?
El cambio de taqués puede resultar un tanto caro, aunque vale cada euro invertido para mantener el motor en buen estado. El precio suele oscilar entre 200 y 400 euros por taqué, incluyendo tanto la mano de obra como las piezas. Aunque es una cifra considerable, evitar esta reparación puede llevar a daños más serios que incrementen el coste total de reparación.
Si bien cambiar los taqués no es algo que deba hacerse con frecuencia, es un gasto que, una vez realizado, garantiza la longevidad del motor y una conducción sin ruidos ni sorpresas. La inversión en piezas de calidad y en el trabajo de un profesional merece la pena para quienes valoran su vehículo y desean prolongar su vida útil.
Para aquellos que sienten el motor como una extensión de sí mismos, este mantenimiento es algo más que un simple gasto: es una manera de conservar el rendimiento y de disfrutar del coche como el primer día.
¿Se puede conducir con un taqué roto?
Conducir con un taqué defectuoso es posible en ciertos casos, pero no siempre es recomendable. Si el taqué produce un ruido leve solo durante unos instantes tras el arranque en frío, puede no ser grave; el motor sigue funcionando y el ruido desaparece conforme la temperatura sube. Sin embargo, cuando el traqueteo persiste, la situación cambia. No es el típico sonido del motor; se siente más como un aviso sutil de que algo no marcha bien.
Un taqué roto puede afectar la sincronización entre el árbol de levas y las válvulas, generando un desgaste prematuro en las piezas del motor. Esto puede convertirse en un problema serio si no se atiende. Más aún, cuando el taqué no permite que la válvula cierre de manera adecuada, la pérdida de potencia del motor se hace evidente. En estos casos, el confort y la seguridad de la conducción se ven comprometidos.
Para quienes aprecian el estado óptimo de su vehículo, atender a estos síntomas es crucial. Conducir de esta manera durante un tiempo prolongado puede llevar a averías más complejas, que afecten a otras partes del motor y aumenten los gastos de reparación considerablemente.