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Si hablamos de coches icónicos de los 90, el Mercedes-Benz Clase C 1997 es todo un referente. Elegante, robusto e innegablemente premium, este coche era el sueño de muchos. Con su diseño atemporal, la comodidad y la calidad se palpaban tanto en su exterior como en su interior. Además, tenía ese toque especial de potencia y seguridad que Mercedes-Benz sabe imprimir tan bien. Disponible en diversas motorizaciones, desde diésel ahorradores hasta gasolina más deportivos, había un Clase C para cada tipo de conductor. ¡Y no hablemos de la suavidad de su conducción, que te hacía sentir en una nube!
La Clase C de 1997 se ofrecía en distintas configuraciones para satisfacer a cualquier amante de Mercedes-Benz. Desde la elegante berlina, ideal para el día a día o largos viajes, hasta el más espacioso y cargado de estilo. ¿Buscas algo más deportivo? No te pierdas el coupé con líneas que cortan el viento y un diseño que no pasa desapercibido. Sea cual sea tu elección, la calidad y el confort están garantizados.
El 1997 fue un gran año para Mercedes-Benz, lanzando al mercado una serie de modelos Clase C que sin duda dejaron huella.
Las versiones de la Clase C 1997 incluían el C200, C220 y el poderoso C280. Cada modelo ofrecía un equilibrio único entre rendimiento y lujo.
El Mercedes-Benz Clase C de 1997 destacaba por su , incorporando un equipamiento de serie que incluía lo último en tecnología y seguridad de la época. Un verdadero pionero en su clase.
Comodidad9,1
Seguridad9,1
Calidad/Precio9,2
Diseño9,1
En su lanzamiento, los precios del Mercedes-Benz Clase C 1997 eran un reflejo de su calidad y prestigio.
Las fichas técnicas del Clase C 1997 revelan una meticulosa atención al detalle y a la ingeniería. Cada aspecto, desde el diseño hasta la funcionalidad, fue cuidadosamente considerado.
La gama de colores del Mercedes-Benz Clase C de 1997 reflejaba la elegancia y el estilo de la época. disponible en una variedad de tonos que garantizaba que cada vehículo destacara según los gustos personales de su propietario.
Las llantas del Mercedes-Benz Clase C de 1997 eran más que un mero accesorio; eran una declaración de intenciones. Diseñadas para maximizar la estética y el rendimiento, las opciones de llantas realzaban el carácter del vehículo. Cada conjunto estaba pensado para complementar la ya de por sí impresionante presencia del coche.
En el corazón del interior del Mercedes-Benz Clase C de 1997 se encuentran sus asientos ergonómicos. Con tapicerías disponibles en cuero y tejidos de alta calidad, permiten una postura confortable para la conducción. La **ajustabilidad** eléctrica, con memoria en algunos modelos, asegura la personalización del asiento a la silueta del conductor y pasajeros. Los reposacabezas y los detalles en madera o aluminio aportan un toque de sofisticación que eleva la experiencia de viaje al siguiente nivel de lujo y confort.
La **seguridad** fue un pilar fundamental para el Clase C de 1997. Equipado con airbags frontales y laterales, ofrecía también sistemas de frenos ABS y control de tracción ASR. La estructura reforzada absorbía impactos, protegiendo a sus ocupantes eficientemente.
En el aspecto de conectividad y entretenimiento, el Clase C incorporaba un sistema de audio con controladores intuitivos. Dispone de radio **Cassette**, altavoces de calidad y, en algunos modelos, un cambiador de CD. No obstante, la conectividad moderna, como Bluetooth o USB, no estaba disponible en esa generación.
Entre los opcionales exteriores, el Mercedes-Benz Clase C de 1997 podía equipar llantas de aleación de distintos diseños y tamaños, faros antiniebla y techo solar eléctrico. Además, se ofrecían diversos acabados para la pintura, incluyendo el codiciado efecto perla o metalizado.
En el interior, podías optar por un acabado AMG con volante deportivo y asientos con mejor sujeción, sistema de **navegación** y control de velocidad de crucero. La iluminación ambiental y el sistema de climatización automático también figuraban entre las opciones más destacadas.
Mercedes-Benz ofrecía paquetes de personalización que incluían combinaciones de equipamiento y accesorios para satisfacer distintas necesidades y gustos. Por ejemplo, el paquete deportivo AMG mejoraba la estética y la dinámica de conducción, mientras que el paquete de lujo centraba su enfoque en el confort y la elegancia.
Otros opcionales contemplaban la seguridad y la asistencia al conductor, con elementos como el sensor de luz y lluvia o el sistema de alarma antirrobo con inmovilizador.
Calcular el seguro para un Mercedes-Benz Clase C de 1997 requiere considerar factores como el historial del vehículo, la experiencia del conductor y la cobertura deseada. Un seguro a medida garantiza una protección adecuada para una conducción serena y segura.
El Mercedes-Benz Clase C de 1997 ofrecía una amplia gama de motorizaciones que iban desde los 4 cilindros en línea hasta los potentes 6 cilindros en V, con potencias que variaban aproximadamente entre 102 y 306 CV, y cilindradas que oscilaban entre 1.8 y 3.6 litros.
El Mercedes-Benz Clase C (1997) tiene una capacidad estándar de 5 asientos, ofreciendo comodidad y calidad en los acabados, típico de la marca alemana.
Las variantes del Mercedes-Benz Clase C de 1997 venían equipadas con transmisiones manuales de 5 o 6 velocidades y automáticas de 4 o 5 velocidades, dependiendo del modelo y la motorización.
El consumo de combustible del Mercedes-Benz Clase C de 1997 varía según la motorización y el tipo de transmisión, pero en términos generales, el rango de consumo mixto puede estar entre los 7 y los 12 litros por cada 100 kilómetros.
Sí, el Mercedes-Benz Clase C de 1997 incluyó versiones deportivas bajo la línea AMG, ofreciendo mayores prestaciones y una experiencia de conducción más dinámica y deportiva.
El Mercedes-Benz Clase C (1997) venía equipado con características de seguridad avanzadas para la época, como sistemas de frenos ABS, airbags frontales y laterales, control de tracción y un chasis reforzado para mayor protección en caso de colisión.
La velocidad máxima del Mercedes-Benz Clase C de 1997 puede variar según el modelo y la configuración del motor, pero algunos modelos podían alcanzar velocidades máximas que oscilaban entre los 180 y los 250 km/h.